Para la persona con quien más he platicado de esto, quien no ubica a Buddy Holly, dejo estos videos.
viernes, 30 de octubre de 2009
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Para la persona con quien más he platicado de esto, quien no ubica a Buddy Holly, dejo estos videos.
jueves, 29 de octubre de 2009
Mediante la repetición del peligro uno se acostumbra a él. El agua da el ejemplo de una conducta correcta en tales circunstancias. Fluye más y más y llena todos los lugares por los cuales fluye, no retrocede ante ningún sitio peligroso, nada le hace perder su naturaleza. En todas las condiciones permanece verdadera a sí misma. De la misma manera, si uno es sincero al ser confrontado ante las dificultades, el corazón puede penetrar el significado de la situación. Una vez que hemos obtenido dominio interior de un problema, será natural que tenga éxito la acción que hagamos.
El agua llega a su meta fluyendo continuamente. Llena cualquier depresión sobre la cual fluye. El hombre superior sigue este ejemplo; él se ocupa de que la bondad debe establecerse como atributo del carácter, más que como una circunstancia accidental y aislada.
martes, 27 de octubre de 2009
lunes, 26 de octubre de 2009
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Estaba muy ocupado en mi trabajo, y como navaja cortante me sorprendió esta frase: "Soy agua". Pensé en mí, obviamente, y en que más allá de las referencias astrológicas también me gusta la idea de identificarme con el agua a partir de las descripciones que proporciona el I Ching sobre ella. Segundos después recordé esta frase: "Soy la orilla de un vaso que corta, soy sangre", pero no logré ubicar dónde lo había leído, ni a quién pertenecía. Gracias al amigo google recordé que es el título de un libro de Bukowski. No recordé ningún poema que tuviera dicho verso, así que también me di a la tarea de buscarlo. En ese momento las urgencias laborales ya no me importaban (como ahora), únicamente quería hallar el poema. Es sorprendente la cantidad de admiradores, y más la cantidad de imitadores, que tiene el buen Henry Charles. Creo que así como hay una Iglesia maradoniana podría haber, sin mayores problemas, una Iglesia bukowskiana. En fin, la búsqueda y los resultados son lo de menos. Encontré una versión de un poema que contenía este y otros versos más que se mantenían agazapados en mi memoria en espera del momento de salir. Después reflexioné sobre mi admiración por Bukowski, que no es la misma que fue, como lo he dicho anteriormente aquí, pero que no dejará de existir por esa fuerza poética que alcanza con algunos versos. "Soy la orilla de un vaso que corta, soy sangre" tiene mucho más valor que el publicitario, porque hay que hay que decir que pega como título, aunque, a reserva de que me contradiga alguien que conozca mejor que yo la obra de Bukowski, hasta donde sé él nunca publicó un libro con dicho título. Ese verso también tiene mucha más fuerza que decir que soy agua, pero me gusta mi idea y espero encontrar los versos que la acompañen.
viernes, 23 de octubre de 2009
cuando la sangre está falta de azúcar.
Los hijos de suicidas no suelen triunfar.
Generalmente encuentran algo a faltar en la vida.
Kurt Vonnegut en Dios le bendiga Mr. Rosewater
A lo largo de dos años en este espacio he compartido buenos momentos, malos momentos, reflexiones (buenas o malas no soy quién para juzgarlo), música y algo sobre literatura. Mucho he hablado sobre cómo veo la vida, sobre lo que pienso, cómo actúo. Creo que incluso en alguna ocasión confesé que aquí en ocasiones me mostraba de una forma más abierta. Sin embargo, a pesar de la función de diván que ha ejercido con regularidad discontinua, nunca como hoy me ha resultado imprescindible la escritura aquí.
A veces cuando las cosas me ahogan siento la necesidad de hablar, que para mí es más bien escribir. Las situaciones más dolorosas no las platico, las escribo, quizá porque es más sencillo contarme a mí que otra persona. Sin embargo, a veces sucede que lo que me afecta concierne más otra persona y ahí no sé hasta qué punto es válido hablar. Así que sólo me queda hablar de lo propio.
Hace varios años, no sé cuántos, una noche de melancolía y nostalgia, llena de música, recuerdos y dos tragos de whiskey llegó un momento en que me dije "basta, hasta aquí". Entonces volví la mirada hacia el librero y ahí yacía una navaja. No puedo describir la sensación de ese momento, porque no se parece nada a cualquier otra, ni a la sensación que genera alguna droga, ni a la de la adrenalina, ni al nerviosismo; fue más parecido a estar y no estar, a sentirme ido de la mente aunque estuviera más que lúcido y consciente del correr de mis pensamientos y actos. Creo que lo más similar sería ese estado entre el sueño y la vigilia, pero tampoco es precisa la descripción.
Mis recuerdos aparecen con lagunas. En un momento estaba sentado en el piso de mi habitación, en el siguiente recostado en la cama, después viendo la navaja y luego contemplando su brillo junto a la piel de mi brazo. Del brillo vino un recuerdo, la recuperación exacta del instante en que me regalaron esa navaja, años atrás, en un mercado de importaciones en Aguascalientes. Podría jurar que en verdad viajé en el tiempo y me deslumbré con el sol resplandeciente de ese verano, a pesar de mis gafas oscuras de colores. El siguiente recuerdo es despertar y ver la piel de mi brazo maltratada, apenas abierta, sonreír y dejarme ir en el sueño.
Durante años contemplé el suicidio como una opción. Aunque solía decir que era una tontería, algo de cobardes, en el fondo buscaba convencerme de creer en eso. No conseguí descartarlo hasta ese día. Lo que ocurrió no fue resultado de una emoción desbordada, sino de una tranquilidad imperturbable, de ahí mi sorpresa. Si bien fue una noche de melancolía, he tenido noches y días peores; esa vez fue melancolía calmada. Después de eso ni en los peores momentos he vuelto a pensarlo como una solución para dar vuelta al dolor. Pero tampoco creo eso que quise venderme, ni lo contrario, es decir, no creo verdadero lo que dicen quienes opinan que es cobardía, ni quienes opinan que se necesita valor. Desde mi experiencia es sólo una decisión más, como tomar un CD del anaquel y ponerlo en el reproductor; quizá se deba a tanto tiempo que estuve pensándolo...
Años después de esa noche una persona muy, muy querida intentó quitarse la vida. Imagenes que espero algún día mi cerebro cicatrice... Hoy sé que un buen amigo ha pasado por eso, y de ahí que me aslaten estos pensamientos, reflexiones, recuerdos y que necesite escribir algo aquí.
Cada quien tiene su propia experiencia y con base en ella es que resuelve o continúa en el mismo camino. En mi caso, y aunque la mayoría de las veces parezca lo contrario, he decidido ser un optimista necio. Sé lo que es y no es para mí, y la muerte por mano propia no me corresponde. La vida es una perra pero vivir es maravilloso. Quisiera saber cómo funcionó mi cerebro para poder transmitirlo a la gente que quiero y que ha pasado por una situación similar.
En tanto encuentro la respuesta queda la mucha o poca compañia que pueda brindarles, pero compañía al fin y al cabo. Dejo los videos de dos canciones que me han acompañado en estos difíciles y emotivos días. Las dejo aunque un par de amigos se hayan negado a escucharlas esta tarde... las dejo en especial para ellos...
jueves, 22 de octubre de 2009
Hay quienes casi al nacer saben qué quieren hacer en la vida; otros más lo descubren en la adolescencia; otros más no sabemos cuándo, o si acaso, pasará.
He perdido, relativamente, la visión más allá de fin de mes. Pienso en el futuro, hago planes, pero en el aspecto práctico no me importa demasiado mas que lo que resulta inmediato o a corto, cortísimo plazo. ¿Será que en estos días me resulta difícil creer?
Dejo una rolita que me ha dado vueltas en la cabeza desde hace unas semanas...
Me asomé a mis adentros, sólo vi viejos cuentos y una manera insólita de sobrevivir. Miré hacia todos lados, dije "Dios, ¡qué ha pasado!"...
domingo, 18 de octubre de 2009
Los barcos
Comer la sal y el azúcar al mismo tiempo...
sábado, 10 de octubre de 2009
Odio casi tanto como amo
También me di una vuelta por varias personas, y casi no logro encoontrar a gente que me importe o al menos me interese. Ni siquiera puedo decir como Kerouac que sólo me importan los locos, porque al pensar en la gente que quiero o procuro no consigo encontrar razgos similares entre ellos. No demasiados.
Odio, odio mucho, demasiado, casi tanto como amo, pero no sé bien qué o a quién odio... O acaso trato de ocultar que el qué es mi vida y el quién yo mismo... No lo sé, sólo me queda la frase: odio casi tanto como amo. Y está bien, no pretendo cambiarlo, no por ahora.
Sigo empeñado en hacerme lo que racionalmente podría llamar daño, pero emotiva y creativamente llamo bien... Sigo en la disposición de alejarme, no huir, únicamente recluirme. No quiero saber nada de mucha gente que conozco o he conocido o hemos coincidido. Solo algunas personas, ellos saben quiénes son. Lo siento, pero mi capacidad de tolerancia (me incordia esta palabra, pero sirve) es cada vez menor.
Quiero vivir sólo con lo esencial, en sentido material y espiritual. De ahí que me quede con los recuerdos, con ciertas palabras, con algunos olvidos, unas cuantas personas, dos o tres sueños, muchas preguntas y demasiadas fantasías.
Al llegar aquí reflexiono y critico, ¿de verdad odio casi tanto como amo?
Sigo considerándome un optimista empedernido, aunque la mayor parte del tiempo parezca lo contrario.
Dejo una canción que hace unos días me pasó un amigo. Una melodía que me ha acompañado, que sonó en mi memoria, que vivía en mí de algún tiempo anterior a manera de olvido, y hoy se aclara como un recuerdo más que visible, a pesar de estar cubierto de neblina.