miércoles, 22 de abril de 2009

Click, click, click, click

Si bien este blog se ha convertido más en un espacio donde pongo videos, esto responde al hecho de que las últimas semanas me he encontrado un tanto o un mucho desubicado. Nada que no haya conocido antes y nada que no volveré a vivir. La salida del lugar donde trabajaba, por voluntaria que haya sido, no dejó de resultar sorprendente, sobre todo en cuanto a los lazos afectivos que en muy poco tiempo generé con algunas personas.
La cosa va bien en términos visibles, pero en esos espacios sin ubicación, en esos sitios a veces oscuros a veces luminosos, en esos lugares donde sólo yo alcanzo a llegar aunque la mayoría de las ocasiones no sepa ni cómo llegué ni de qué manera salir, ahí la cosa no va del todo bien.
El lunes tuve una mañana terrible... y da tristeza descubrir que el tiempo entre ésta y la última mañana terrible no es tanto, acaso unos meses, no sé cuántos, sólo recuerdo que en aquella ocasión compartí un video de Ultra. Y este lunes, caminando, me acordé de la canción de Sigur Ros que hace poco compartí aquí, en especial para Mariana, y me pregunté quién podría en ese momento ponerme una canción para mejorar el ánimo. La pregunta, por supuesto, fue retórica, ya que no había nadie conocido alrededor, pero la respuesta fue la misma que he hallado casi siempre: hazlo tú mismo.
Después, con el paso del día y las mil atividades, lo olvidé. Sin embargo, hoy encontré esa canción que me dedico, una canción que me ha animado y que quiero compartir aquí en video y letra.

Seize the day!!!!!




Click, click, click, click, de Bishop Allen

I had ducked out of the rain
Into Maria's wedding day
And I sat there with her friends
And with her family
And I was happy

I wasn't someone they'd invite
Because I didn't know the groom
Or know the bride
But when I stood next to her brother
For the photograph
He was laughing

Take another picture with your click, click, click, click camera

Sure, I've got pictures of my own
Of the people and the places that I've known
Here's one: I'm carrying your suitcase
Outside of Alphabet City

But in someone else's life
Where Maria is a wife
I'm on the mantle in the corner of the photograph
Smiling pretty

Take another picture with your click, click, click, click camera

Are you tired of where you've gone?
And you think you might belong
In a moment when you step out of the rain?
And you've ended up in someone else's frame
And they're memory now is never quite the same
And they never even thought to ask your name

Take another picture with your click, click, click, click camera

martes, 14 de abril de 2009

Algunos días despierto con un ánimo que no puedo calificar como malo, pero menos como bueno. Hoy es uno de ellos, por supuesto. Reviso una de mis cuentas de correo electrónico. Aprovecho el ánimo, porque de otra manera seguiría coleccionando correos viejos, añejos, de gente conocida y de desconocidos; algunos, simples saludos que por alguna razón acumulo hasta que llega un día como hoy y los borro todos. Pero la acumulación fue feroz en estos meses, y no pude sino borrar la mitad. En fin, ya vendrán más días como este, eso es seguro.
Recibí la respuesta a un correo que envié a un amigo japonés que conocí hace cuatro años y medio, y con el cual no me escribía desde hace poco más de uno, quizás dos. Me platica que la economía en su país está mal, que el golpe estadounidense fue atroz, muchos despidos, gente desocupada. Me dice, y esto ya lo sabía, que él antes pensaba abandonar su trabajo para poner su propio negocio. Hasta donde me quedé trabajaba en un barco, hasta donde me quedé quería poner un bar en su natal Nagoya. Pero me cuenta que ahora piensa en muchas cosas: el trabajo, su novia, la edad... lo entiendo...
Antes de abrir mi correo, mientras viajaba por el metrobus, hubo algo, no sé qué imagen, olor o destello que me recordó a Canadá y a mi amigo Tona. Él y yo pensábamos algo similar a lo que pensaba Moto: un negocio de comida en Canadá, país al cual Tona migró, pero del cual lo regresaron hace un par de años.
Ayer mi novia, y anteayer y muchos días ya acumulados, ha estado de mal ánimo. Comprendo su cansancio, me he hallado en la misma circunstancia de encontrarme en un lugar donde no quiero estar y sin saber adónde voltear, ya no digamos moverme o huir.
Hoy por la mañana (todavía es de mañana mientras escribo esto) una canción se plantó en mi cabeza: El loco, de Babasónicos. Ha venido conmigo mientras desayuné, mientras me di cuenta de que era ya tarde, mientras viajé por metro y metrobus, con los pensamientos sobre mi novia, con el destello canadiense, con el recuerdo y la interrogante qué demonios hará Tona ahora?, al recorrer las breves lineas que me escribió Moto, al pensar y recordar, al recordar y sólo recordar, evocar, simple y llanamente, sin hálito de nostalgia y sin nada más que una pregunta: ¡¿qué demonios pasó?!


miércoles, 1 de abril de 2009

...

Ayer dejé mi empleo y hoy me encuentro con una nueva expectativa, con cierta nostalgia y un día apresurado. Desde que salí ayer de la editorial he traido esta canción en la mente, y aprovecho para dejar además otra que mencioné en mi cumpleaños. De alguna manera ambas me recordarán ese lugar donde estuve, aquello con lo que me quedé, pero también desde ya me hacen pensar en todo lo que viene adelante.





En las últimas entradas casi todo ha sido música, música y sólo música... esperemos que sea porque la literatura se está cocinando.

If I was a rooster I would cockadoodle all day...