jueves, 28 de mayo de 2009

With a little help from the net

El pronóstico del clima indica que en la ciudad de México el ambiente será de sol. Para Toronto se pronostican chubascos intensos (me gusta más cómo se dice en inglés).
En Barcelona me estaría preparando para pasear con mi perro, mientras que en Casablanca estaría cerrando la oficina.
Pero estoy en México y aún no ha llegado medio día.
Este blog marca otro horario (se mueve a su antojo), no sé por qué y no he procurado arreglarlo.
Me gusta observar el cambio de los minutos en los relojes digitales. También me gusta el clima extremoso: o mucho sol o mucha lluvia, no sé por qué... y prefiero la lluvia, aunque tampoco sé muy bien por qué.
Con la ayuda de internet puedo imaginarme un poco en los lugares en donde quisiera estar (que no son donde estoy, por supuesto).
Han sido días en los cuales todo lo que pensé escribir aquí fue Jódanse todos, así, sin signos que reforzaran la exclamación.
El pronóstico del tiempo es incierto, pero confío en que alcanzaremos los días mejores.
En Toronto se pronostican heavy showers.

lunes, 25 de mayo de 2009

Mi mensaje positivo para la semana

Espero que tengan una bonita semana...



I hate everyone, de Get set go

Some stupid chick in the checkout line
Was paying for beer with nickels and dimes
And some old man who clipped coupons
Had argued whenever they wouldn't take one
All I wanted to was buy some cigarettes
But I couldn't take it anymore so I left

I hate everyone...

All the people on the street, I hate you all
And the people that I meet, I hate you all
And the people that I know, I hate you all
And the people that I don't, I hate you all
Oh, I hate you all

Some fucking asshole just cut me off
And gave me the finger when I fucking honked
Then he proceeded to put on the brakes
He slammed on the brakes, but I made a mistake
When I climbed out of my van he was waiting
But he was six three and two hundred pounds of Satan

I hate everyone...

All the people on the street, I hate you all
And the people that I meet, I hate you all
And the people that I know, I hate you all
And the people that I don't, I hate you all
Oh, I hate you all

I bet you think I'm kidding
But I promise you its true
I hate most everybody
But most of all I hate
Oh, I hate you

All the people on the street, I hate you all
And the people that I meet, I hate you all
And the people that I know, I hate you all
And the people that I don't, I hate you all
And the people in the east, I hate you all
And the people I hate least, I hate you all
And the people in the west, I hate you all
And the people I like best, I hate you all
Oh, I hate you all

viernes, 22 de mayo de 2009

...

Lo que escribí ayer me recordó algo que ocurrió hace varias semanas. En un día en que no tenía mucho que hacer, o quizá un día que necesitaba encontrar algo entre los cerros de papeles, libros, discos, botellas, revistas y ropa que configuran la geografía de mi cuarto, no sé cuál fue el motivo, si arrebato de orden o imperante necesidad, pero entre las cosas que moví encontré un cuadernillo viejo. En él anoté, hace ya varios años, un sin fin de pensamientos, datos, ubicaciones catalográficas de los libros que usé y de los que no usé en la primera carrera, correos electrónicos, teléfonos, incluso poemas e ideas de historias que no he terminado de inventar. Entre tanto garabato (los cerros hacen mi cuarto; los garabatos, mis cuadernos; las anotaciones, mis libros... ¡joder, qué desmadre!), entre un dibujo y otro, en medio de los libros que algún día habré de leer, encontré un número telefónico que me resultó familiar. Cuando lo anoté debí estar en el tercer semestre de la carrera y harían falta un par de semestres después de concluirla para volver a anotar ese número, que ahora es tan cercano. Fuera de una materia que nos ayudamos a aprobar mutuamente: él asistía y pasaba lista mientras yo hice el trabajo final, nunca conviví con quien ahora puedo llamar amigo. Todo llega a su debido tiempo, y su amistad llegó en el mejor momento, quizá el más necesario. Curiosamente, en la mañana, cuando me disponía escribir esto, vi el comentario que Iván dejó sobre la entrada de ayer...

(El lunes que fui a ver a Iván choqué, y le dije que era su culpa. Hoy, mientras escribía esto, tembló en la ciudad de México... ¿coincidencia? Entre mi novia que, en lugar de salir corriendo, durante el breve temblor me escribió en el chat: tiembla!!!!! cañón, y mi amigo y la suerte que nos acompaña, ¡caray, qué bien la paso!)

Pulp

Hoy me di cuenta de que en dos años de tener blog y compartir tanto pensamientos como música no he puesto algo de uno de mis grupos favoritos: Pulp. Pues bien, es poco lo que tengo que decir: ya no existen, Jarvis viaja solo y el año pasado se me arruinó ir a verlo gracias a la delincuencia y a la mala suerte del auto de un amigo; después otro buen amigo casi me hizo llorar cuando me llamó para que escuchara algo del concierto... (esto sí lo había contado aquí, pero sólo esto).
En fin, me siento un poco viejo al darme cuenta de hace cuantos años fueron grabadas estas canciones, pero dejo algunas que hallé en una búsqueda rápida (no necesariamente las que quería, pero bue...). Una es para ese buen amigo y por la promesa de que veremos a Jarvis en Sheffield (sé que es viernes, pero qué más da, esta rola es para todos los días por la mañana); otra es una presentación con Ali G que me gustó mucho, aunque fue Jarvis en solitario.

It's ok, it's just your mind

Dance and drink and screw because it's nothing else to do









jueves, 21 de mayo de 2009

...

Ayer la mañana se me presentó óptima para la nostalgia. No fue la primera vez, de hecho es una actitud recurrente, una compulsión, como comprar libros que no termino o ni siquiera empiezo, o discos que escucho meses después; es algo que ocurre seguido, como hoy aunque fue de forma distinta. Iba en el coche con el radio encendido en la estación de música Universal. Si bien hay quienes critican la música de los años ochenta, no puedo negar que son los sonidos con los que crecí, entre los cuales también se encuentran cosas de buena calidad. Pero más allá de la calidad están los recuerdos, y cuando sonó una canción de Cyndi Lauper no pude sino recordar y reflexionar sobre algo: Time after time.
Crecí creyendo que se pueden encontrar personas que estén contigo una y otra vez, pero el desarrollo de mi vida me sacó de ese, uno de mis varios sueños. Y lo peor del caso es que lo que duele no son sólo las personas que no se quedaron, sino el hecho de haber sido en muchos casos la persona que se iba, cortesía de la itinerante vida de mis padres.
Cuando estoy con personas que tienen amigos de la infancia, que se conocen desde los primeros años de existencia, me siento como bicho raro (corrección: bicho, a secas). Duele saber que no hay quien me conozca desde entonces, ni alguien a quien yo conozca, con quien haya crecido, tampoco (por otro lado, mi familia, primos y primas, han sido casi inexistentes, y la única persona que no lo ha sido desaparece y reaparece con intervalo de años).
Para acabar de joder el asunto, a las personas que conozco de más tiempo (amigos preparatorianos) no las frecuento. Poco poco ha habido un alejamiento de ellos, con unos más acentuado que con otros, por una variedad de motivos que han ido desde el enojo hasta llegar a no tener nada en común con algunos de ellos. Aun así les debo una disculpa, y sirva esto para hacerles saber que en buena medida lo único que pasa es que llegó el momento en que me encargué de estar preparado para la próxima despedida, la eventual e inevitable despedida, incluso cuando muchos factores indicaban que no sucedería.
Con la canción de Cyndi Lauper también pensé en ex novias y en mi novia. También en esos casos llegó el momento en que cada vez que sonaba esa canción, la quitaba, pero hoy estoy con una persona con la cual los sueños pueden tener cierta esperanza de realización, y el final puede ser un no final muy feliz.
Carpe diem

martes, 19 de mayo de 2009

...

Yo no sé si me he vuelto cínico o amargado. Hoy, hace apenas unos minutos, por curiosidad malsana, por cierto morbo, abrí un correo que algún desconocido me mandó sobe un encuentro de estudiantes anticapitalistas. Vinculados, al menos en cuanto al espacio físico del encuentro, con las "organizaciones" que mantienen tomado el Auditorio Che Guevara, de la Facultad de Filosofía y Letras, mismos que entienden por "anticapitalismo" no producir mercancías, de inicio me hace dudar sobre la profundidad del análisis que pueda darse. Además, las frases que leí me parecieron ya rayando en el límite de lo ridículo y sobrepasando la línea de lo anacrónico. Podría continuar, pero no vale la pena, por un lado hablar mal de nadie, por otro darles más espacio del que merecen.
La verdad es que ya no creo en las variantes de izquierda en este país, no al menos en la que circula por la Universidad del otro lado de las aulas, ni aquella que piensa que entrar al juego político es ceñirse a las reglas no escritas que han forjado la política mexicana con un estilo casi feudal, por hallar un símil bastante facilón. Y en estos casos no me siento mal, no pienso "al menos ellos hacen algo", porque sé lo que "hacen".
Este mundo ha cambiado mucho, para mal, desde que hubieron movimientos sociales en la segunda mitad del siglo pasado. Y lo que es más preocupante es que las supuestas organizaciones que pugnan por un cambio parecen ciegas ante dicha evidencia y siguen planteando las mismas respuestas para circunstancias diferentes (cosa por demás sabida, ya incluso un lugar común).
Hoy estoy de humor azul tirando a gris, con destellos oscuros de negro impoluto. Me anima el cielo cargado de la ciudad, la amenaza de una lluvia calmada y constante, pero eso es sólo un respiro a la muerte lenta de los últimos días. Leer esa clase de correos, darme cuenta que las cosas no han cambiado desde que estuve en la Facultad para mi primera carrera, saber que no sólo las frases y actos vacíos e inútiles, sino que incluso algunas personas son las mismas, permanecen, no me habla de una consistencia ideológica, de congruencia en la praxis política, sino de cierta merma intelectual que aqueja a esta sociedad.
Yo sigo aquí, en mi trinchera personal, también un poco o un mucho perdido. Por lo general compartiría una canción que fuera con mi estado de ánimo, pero hoy quiero probar algo diferente y poner el video de una canción que escuché mucho hace una semana, cuando la sonrisa me visitó más frecuentemente (seguro anuncio de la inevitable caída) y sin sus amigos: ironía y desengaño. En fin, queda mucha vida y muchas respuestas que obtener, mientras tanto disfrutaré este clima que me encanta, las labores que me gustan y la promesa de una tarde con mi novia y un buen libro (perdón, uno entretenido, pero no profundo).
Carpe diem

lunes, 18 de mayo de 2009

Mal... y para joderla más: Benedetti se va...

Ayer hubo duras discusiones, fuertes declaraciones y un ánimo patibulario desde prácticamente el comienzo del día. Dormir fue la única solución, perderme en otros mundos, acaso mejores, para sobrellevar el mal tiempo. Nada cambio al despertar. Más tarde volví a platicar con la persona con quien discutí, y creo que por momentos me sentí aun peor. Me asilé en casa de Mariana hasta hoy por la mañana, que la obligación me hizo salir de esa guarida. Estuve en ese espacio que es suyo pero que de alguna manera, tal vez sin querer, se va convirtiendo en algo nuestro, a pesar de muchas cosas... Anoche tuve sueños que me afectaron, recuerdo sobre todo sentir la obligación de hacer algo como otra persona quería y no como yo lo deseaba. Supongo que el hecho onírico fue sólo el reflejo de muchas cosas, algunas de las cuales forman la base sobre la cual reposan mi mal estado de ánimo cuando aparece y la discusión de ayer.
He estado mareado, fuera de aquí, soñando dormido y despierto, quizá de alguna forma huyendo, me ha hecho falta aire. Hoy por la mañana, después del mal sueño y de constatar, en el cuerpo que estaba a mi lado, una de las pocas certidumbres que hay en mi vida, comencé el día sin pensar demasiado, con el mareo disminuido, pero sin buen ánimo. Salí a caminar con los pequeños y al regreso, sin decir agua va, con esa forma tan peculiar y con poco tacto que tiene Mariana para decirme algunas cosas, soltó la frase: Murió Benedetti. En principio sólo fue la sorpresa, un tanto no sorpresiva ya que sabía que su salud no iba del todo bien. Después salí deprisa, ya que se me hacía tarde. Una vez en el auto, después de medio camino de ir pensando en el escritor uruguayo y en la discusión de ayer y en Mariana, prendí el radio. En cosa de segundos leyeron Viceversa y entonces el aire volvió a faltarme. Nunca he sido gran seguidor de Benedetti, no he leído ni la mitad de su obra, pero a su nombre van asociados buenos y malos momentos, muchos recuerdos, frases que han venido a formar parte de mi catálogo de citas, de la escritura de mi propia biografía, de mi forma, no tan personal, de ver la vida, como reconocer mi natural Pacífico, o descubrir que la culpa es de uno cuando no enamora, o saber que más de lo que quisiera estoy jodido y radiante, y fue justo esta frase la que por la mañana me robó de nuevo el ritmo normal de respiración, mismo que aún no ha vuelto. Luego volví a pensar en Mariana, regresé a la estación de radio y comenzó She's a rainbow y después de nuevo pensé en Benedetti. A su nombre también van asociadas un par de buenas amistades, quizás la primera es la de Miguel Ángel, con quien conocí al poeta uruguayo en un lugar donde alguien lo llamó, quiero creer que no de forma despectiva, el declamador sin maestro; en ese mismo lugar donde mi amigo y yo hicimos bocetos de cosas que no hemos definido y quizás no definiremos pronto; Miguel Ángel, quien seguramente si escribe algo al respecto será mejor que esto, él al menos es un escritor que sí escribe... y ya mejor le paro antes de que me suelte una de esas frases que mi ánimo hoy no está para entender.
El día acá está nublado y apenas lo noto, es una buena analogía de mí por unas cuantas horas. No han sido días gratos ni compasivos. Siento que respiro a medio ritmo y que estoy donde no quiero estar, aunque no sé bien definir adónde quiero estar. Pienso en las soledades concurridas que después se quedan desoladas... en los cantos a la nostalgia... en Benedetti... en mí... en demasiadas cosas que no hacen sino girar sobre un mismo eje, entrecruzarse, ir y venir, volver al mismo centro de partida y perderse en espirales divergentes... Sigo sin saber cómo ni por qué, pero sigo...

jueves, 14 de mayo de 2009

Paleta Payaso

Hace unas semanas, en una de las pocas convivencias que he tenido con mis amigos, de esas que han durado a lo más una hora, entre Juan, Iván y Mariana no dejaron de molestarme porque esa semana estaba programada una Paleta Payaso para la hora de la comida. No sé en otros países, pero acá en México todos sabemos qué es una Paleta Payaso (y probablemente todos hemos comido una): básicamente malvavisco cubierto con chocolate y unas gomitas a manera de boca y ojos, para formar una cara.
Hoy nuevamente tuve una, en una especie de versión llamada "Caritas", y no me la pude comer dado que un acceso de risa lo evitó. Fue enorme la sorpresa al descubrir el parecido que guardan estas versiones de la Paleta Payaso con ciertas muñecas. Siendo una paleta para niños, ¿después nos preguntamos por qué son cada vez más precoces en cuanto al sexo? Dejo la foto, en particular para que mis amigos y mi novia vuelvan a reír como aquel día.


miércoles, 13 de mayo de 2009

...

Abril fue un mes difícil. De hecho, ese mismo mes hubiera dicho que fue fatal, pero las cosas cambian de espesura a medida que pasa el tiempo. No puedo afirmar que uno las ve con mayor claridad, en su verdadera dimensión, pero algo cierto es que la perspectiva es diferente. Quizá el tiempo sólo va anulando los efectos, degradándolos, aunque a veces se resisten... muchas cosas se resisten...
En fin, ahora pienso que el mes pasado no fue fatal, sólo difícil. Sin embargo, esa dificultad se ha mostrado aquí. Pocas entradas, la mayoría de música. He tenido el ánimo más jodido que mi bolsillo o que las perspectivas de mi vida, cosa que en sí misma luce amenazante. Fue tan malo mi estado emocional que olvidé el aniversario del blog y tampoco escribí nada acerca de Kurt Vonnegut. Dos años sin uno de mis escritores favoritos; dos años con un diván-salida de escritura que, si bien no me ha llevado adonde imaginé, me ha traído diversas satisfacciones, quizá más interesantes por sorpresivas.
Quisiera decir con más emoción: ¡he vuelto!, pero no quiero joderme a mí mismo (ya saben, el buen amigo Murphy). Y es que cuando pienso que todo va bien, en cuestión de horas algo llega a virar la situación y la lleva a su opuesto total. (El otro día pensaba en las cadenas de correo electrónico, que en general no me molestan porque hay algunas no tan imbéciles, pocas que incluso son hasta interesantes. Y pensé que la amenaza "reenvíalo o tendrás mala suerte" no tiene efecto en un tipo como yo. ¿Mala suerte? ¡No me jodan! ¡Eso sí es tener sentido del humor! Por eso agradezco la comicidad de los amigos que me los envían) Para no aventarme la sal solito, no me emocionaré demasiado por el buen ánimo que tengo ahora, y es que sé que su grado de volatilidad es alto.
En los últimos días, por las tardes, luego de la pesadez del día, únicamente me han quedado ganas para tirarme a ver televisión. ¡Madre TV!, la misma con la que crecí, la que ha compartido más horas conmigo que mi propia familia, sobre todo en la niñez; la misma que me ayuda a no pensar, la misma que desgraciadamente me ha quitado tanto tiempo que puedo contarla entre las razones de seguir siendo el escritor que no escribe. Por supuesto han habido etapas en que me desconecto de ella. Probablemente esta reflexión anteceda una nueva etapa, pero tampoco espero eso. He llegado al punto en que ha desaparecido la credibilidad, ya no tanto en mí ni en mi fortaleza para llevar a cabo mis planes, sino en los baches y obstáculos que aparecen en el camino, dando paso de la credibilidad a la cerdibilidad. Quizá, por el contrario, siga aferrado a la Madre TV como único aliciente de la vida diaria.
Mientras tanto, sin mayor emoción pero con regocijo, he logrado escribir algo aquí de nuevo. Por un rato eso me basta.