lunes, 25 de abril de 2011

Resistir

No sé si en alguna ocasión he escrito o puesto aquí algún video con la canción Miss Sarajevo. Soy recurrente en mis obsesiones, en mis gustos e intereses. No puedo llevar registro de todo lo que he dicho en este espacio, a pesar de que en los últimos días he releído varias entradas. En fin, en este momento escucho por octava o décima ocasión en esta mañana la canción Miss Sarajevo, con la voz potente de Pavarotti y una música que me ubica fuera del lugar donde trabajo, en una atmósfera de lo que pudiera ser o haber sido; en un lugar sin actos, sólo potencias. Supongo que la letra también tiene algo que ver, al igual que la historia misma de esta canción. Siempre se tiene al menos la esperanza de la posibilidad de algo diferente a nuestro día a día, y esta canción forma parte de mis dosis de resistencia para poner aquellas cosas que me dan felicidad, que forman parte de la vida que quiero y nada más, por encima de los sacrificios necesarios, como pasar siete horas en esta oficina gris. "A time for kiss and tell. Is there a time for different colors, different names you find it hard to spell ... Dici che il fiume trova la via al mare e come il fiume giungerai a me oltre i confini e la terre assetate..."

domingo, 24 de abril de 2011

Escribir

Hoy es lunes, el primer lunes del cuarto mes, y hallé esta nota. No sé si la cita es cierta, pero no lo dudaría. La programo para publicarse más adelante y no olvidar que comparto esta misma razón.


"I write, because life never works except in retrospect. You can't control life, at least you can control your version"

Chuck Palahniuk

martes, 19 de abril de 2011

Constante

En estos días he vuelto a leer las entradas de este blog. La idea es revisar desde la primera hasta la más reciente, que será esta u otra quizá. Sorprende ver ciertos cambios y ciertas permanencias. De forma específica: sorprende notar que permanece una esencial forma de pensar, pero ha mutado la manera de actuar respecto de ciertos hechos de la vida, sobre todo en su parte práctica.

Sigo creyendo que soy incompetente, con pocas habilidades para la vida en este tiempo y este espacio. Sin embargo, ahora creo que puedo al menos sobrellevarla. Quizá en un par de años ya no me sienta incompetente, o me vea de otra manera. Por el momento lo que me preocupa es seguir andando sin prisa, sin pausa, constante. 

miércoles, 13 de abril de 2011

Hubieras

1.
A veces imagino vidas. Corrección: a veces imagino los hubieras de mi vida, desarrollo el trayecto que creo que lógicamente hubiera seguido de haber tomado alguna decisión distinta. Tarea vana.

2.
Mudanza. Ese es el título de un libro que llegó de lejos. Es el libro que he recordado estos días y que quisiera releer. Ya que no tuve el brillo suficiente para reencontrarme con el autor, al menos me queda el papel al que puedo volver una y otra vez, aunque haya cosas que no alcance a comprender.

3.
No a todo se puede volver una y otra vez. Ayer la casa quedó vacía. Ese espacio, no el primero que compartimos pero sí el primero que fue sólo nuestro; más de ella que mío, pero nuestro. Ayer, mientras recorría cada una de las cuatro habitaciones, cinco si cuento el pequeño patio, la recordé a ella y las sonrisas y los disgustos y los llantos y las risas y las reconciliaciones para seguir siempre juntos. También los recordé a ellos, a los caninos que son "light of my life" (aunque a veces se conviertan en "chingada madre"), quizá los únicos hijos que quisiera tener, que me siento capaz de cuidar y proteger, a pesar de vivir en México.

4.
Hoy tengo resaca y cansancio. Resaca de recuerdos, de planes inconclusos y de promesas incumplidas. Se me aparecen en procesión muchas personas y lugares. El trabajo no me consuela, y todavía debo regresar a la casa vacía por mis bonsais.

5.
Circe. Esa es la calle que habité en Aguascalientes. Según las fotografías de Google Earth la casa ha desaparecido.

6.
Todo desaparece. Todo se desmorona (el título de uno de los mejores libros que he leído en los últimos años). Todo se va a la mierda (la frase de Gazmuri, uno de los personajes de la novela con la que conocí al autor de Mudanza; la frase que recuerdo aunque Gazmuri no importe y el que sí importe sea Julio).

7.
La casa nueva ha quedado llena. Hay mucho que depurar. Dejar atrás tantas cosas, no sólo físicas. Me alejo de la zona de confort donde desarrollé mi vida durante tantos años. Ya no estaré a 20 minutos del Centro Histórico, pero sí del Centro de Tlalpan. Ya no haré 40 minutos al trabajo, sino 15 o 20, aparentemente igual si camino o voy en auto. Ya no veré las luces de los cerros, pero sí las luces de esa ciudad que siempre vive, tan muerta ella... Ya no podré salir en días de nostalgia y en cosa de minutos hallarme frente a la escuela donde comencé a estudiar (o mejor dicho, su ahora espacio vacío porque fue demolida justo el fin de semana que dejé la casa paterna), ni caminar por el parque donde mi prima paseaba a su perro Golfo, ni quedarme frente a la casa de mis abuelos para seguir preguntándome sin encontrar respuesta en qué momento se jodió todo y entregó como resultado el que soy ahora. No, ya no, ahora descubriré nuevos rumbos y comenzaré otra parte de mi historia.

8.
De niño estaba acostumbrado a las mudanzas. Durante mis primeros 10 años de vida habitamos al menos ocho casas en tres ciudades diferentes. Después vino la calma y el sedentarismo. Hasta hace unos días pensaba que seguía acostumbrado a los cambios, a los adioses, a no arraigarme en ningún lugar. Falso. Sólo espero que si consigo un cambio definitivo ocurra en los próximos años. Quién sabe.

8.1
Durante mis primeros 10 años de vida habitamos al menos ocho casas en tres ciudades diferentes. Algún día regresaré a Aguascalientes. Algún día volveré a sentir el aire fresco de algún mall en Anaheim.

8.2
Durante mis primeros 10 años de vida habitamos al menos ocho casas en tres ciudades diferentes. Después de este cambio sólo deseo una mudanza más. Aunque cada vez con menos seguridad, insisto en pensarme en mi ciudad tan soñada y añorada...

9
En la casa de mis padres permanecen varios libros, un escritorio, mi cama. Los dejé porque creo que la habitación de un hijo nunca debe vaciarse, a menos que sean los padres quienes lo hagan, y no lo han hecho... 

10
A veces imagino los hubieras de mi vida. A veces siento nostalgia de un futuro que parece alejarse. Quizá las cosas no son como debieron ser. O mejor dicho no son como las planeamos. Quiero mi pasado tanto como ahora disfruto el presente. Me agobia un poco menos el futuro. A final de cuentas creo en las mutaciones, como enseña el I Ching, y nada nos garantiza, nada en absoluto, que las cosas no se van a ir a la mierda.

11
Uno de mis números favoritos. Nomás por no dejar. Nomás por seguir pensando que la vida puede ser bella como estos días llenos de fatiga y expectativas. Nomás para recalcar que ahora estamos en nuestra casa, con los días por delante en blanco, para ser escritos. David tenía razón: hace unos meses, mientras desayunaba con ellos después de pasar la madrugada en un hospital, mientras ella dormía agotada por la fugaz enfermedad, jamás hubiera imaginado lo que hoy viene sucediendo y me da felicidad...

jueves, 7 de abril de 2011

Versiones de Fogwill

Desde hace algún tiempo he querido leer a Fogwill. Poco a poco me he ido haciendo de textos vía internet, sobre todo en el sitio http://www.fogwill.com.ar, que remite a diversos fragmentos de su obra y a comentarios acerca de la misma. El año pasado murió Fogwill. Entonces sí comenzaron a llegar más obras suyas a México (todas ellas a un precio que por los próximos meses me será inaccesible, pero ya llegará una novelita a mis manos); entonces sí salieron a la luz opiniones de quienes lo habían leído o decían haberlo hecho; entonces sí se habló de él en algunas revistas literarias, impresas y en línea. Aun así considero mejor su difusión a que siga siendo alimento del ego de pseudointelectuales trasnochados.

Hoy me topé con una crónica que ganó el Premio Las Nuevas Plumas. Se trata de un texto bello, porque deja de lado la típica mamonería de quienes se sienten avezados en el campo de las letras: es sólo el autor, Federico Bianchini, y sus encuentros con Fogwill, su versión de él. En la crónica se habla del poema "Versiones del mar", que vino a consolarme en este día que las lágrimas se me han escurrido frente al monitor o los textos en papel por corregir. Lo transcribo íntegro de la versión que hallé en el sitio web citado arriba. Quedan unas frases en mi mente: Solución final: el mar, sin tiempo, acumuló en sus aguas todo el naufragio del universo. Y el mar, sin ti, es el naufragio del universo. Y el mar, sin textos, sería la espuma de un instante.

Versiones del mar, de Fogwill

A Héctor Viel Temperley

El mismo mar nos pierde; nos encuentra y nos pierde. Tema de las olas: se arman, desobedecen, las crea el viento -¿su amor?- y se derrumban para volver a armarse con restos de olas anteriores, idénticas. Historia de amor: la planicie del mar, el viento que la oprime, y todo se levanta para perderse. Y todo tiende a disolverse contra una línea de aguas eternas y sol dilapidado llamada mar. Mar: abundancia de sinsentido humano. Alegorías: mostrar que desde un fondo de mar, marino, vendría la vida. Marina, salina, inmensidad de fuerzas paralizadas. Heráldica: mar inorgánico, mar vegetal, mar animado, mar que envejece en este cuadro. Y mar inmotivado con sus señales y sus sueños. Y mar inmóvil. ¿O no habría un culto de mar, marino...? ¿Con animales que se nutren de su ausencia abisal...? Nutriéndose de aplicaciones y explicaciones humanas: ¿algo se impregna con sabores humanos?Tus manos: ¿traen sabores de mar prohibidos para evocar la prohibición de amar a una materia que se descompone? Cuerpos y ondulaciones de esos cuerpos marcan su breve descomposición. Y sus formas anuncian nuestra leve recomposición. ¿Amar...? Sí: y en ese mar perderse. Llamar perderse a un extravío: mar amarillo, mar amariconado, la mar. La amarga superficie que nos refleja y nos revela plegándose sobre sí, sobre nos. Nuestra pluralidad: en nuestra singularidad plural construimos el nombre mar y el mar para sumarnos a la menuda sociabilidad de sus playas: arena política y falso mar rozando la desnudez de nuestras pieles politizadas. Pieles politizadas, pechos maternos, ceños paternos, ojos policiales, brazos humanos, mano pesada: indispensable, histórica. Como los cuerpos: piesecillos pulidos por el canto de las arenas -roce social- cuerpos sumidos en algún sueño de perfección, sueños marinos, arena temporal, señuelos de una muerte por derivas solares, cierta y a espaldas siempre del mismo mito. Muñón marino, piel depilada, piel lubricada para la humillación solar, ¿y habría un culto de mar, solar? Hagiografías urbanas: pieles de bronce, sonar del bronce de las pasiones chicas y por la gloria. Fraternidad urbana: ¿humana o mera imitación de un mar igualitario y dependiente? El mar semeja, el mar conduce, el mar identifica, el mar es un Estado de la materia. Y el mar crece con la acumulación de poemas de mar. Pero jamás conocerás tu verdadero mar: lo que difiere de los usos humanos del mar. Ni agua es su solución salina. Solución final: el mar, sin tiempo, acumuló en sus aguas todo el naufragio del universo. Y el mar, sin ti, es el naufragio del universo. Y el mar, sin textos, sería la espuma de un instante. Mirá: el mar, ¿no era el reflejo de a-quel sol entrevisto mientras la olas reventaban contra tu cuerpo atónito...? ¿tras los cristales de la espuma...? ¿bajo su manto azul verdoso que se tornaba espuma, ex-agua...? Tu exigua escritura: ¿verías esa mirada o azul o verde, esa mirada falsa bajo el disfraz verdadero de las espumas...? Impresionante, che. Y oral: todo es ficticio en un poema sobre el poema. Y nada en el poema nada. Y en un poema nadas porque todo es oceánico en un poema de mar. ¡Si el mar es solo intermitencia de los cultos humanos! Y los cultos... ¡Piden que el mar occidental sea el sí de los hombres rendidos a sus orillas! ¡Pueblos en bajamar! ¡Patrias perdidas en lo oceánico, en el o-sea del sentido! Vayámonos, perdámonos así en este o-sea donde no hay mar ni nada: ni vos, ni mar, ni oleadas en tu cuerpo, ni ecos de vagas olas, ni obras que registraron navegaciones interiores, ni vientos que suplieron una apariencia de plenitud.
Escuchemos:

hombre
marino
late
tu corazón

y en tu mar padeces el hundimiento de un sueño de intensidad
y en su mar pareces el nacimiento de un sueño de inmensidaddesanudemos:

hombre
marino
late
tu corazón

y su pulso marino te suma y te sume en su mar



sumar:
una extensión inalcanzable
una invención inalcanzable
una intención inalcanzable

el hombre flota sobre sí mismo

flota sobre sí

flota
sobre