jueves, 21 de febrero de 2008

Solo mirando

Ayer estuve un rato viendo las islas y el espejo de agua de CU, desde la panorámica que ofrece la Facultad de Filosofía y Letras. Por primera vez en mucho tiempo –ya no recuerdo cuánto-, me quedé simplemente mirando.
Allí, en esa Facultad, pasé cinco años de mi vida estudiando una licenciatura que no me terminó de convencer. Y desde el semestre pasado volví, ahora en Letras Clásicas, donde creo haber encontrado lo que buscaba.
Sin embargo, las cosas ya no son como fueron antes. Quizá la renuncia de un amigo este semestre, intensificó la desazón. No lo sé. Lo único seguro es que ayer me di cuenta del paso del tiempo y del lugar donde estaba parado. Me sentí ajeno y desubicado. Creo que algo así sienten las personas que se van del país y regresan luego de varios años.
Estoy en un lugar que me pertenece tanto como me es ajeno. Pienso en los compañeros de Estudios latinoamericanos... en muchos que se perdieron... en otros que reaparecen... y en mí... Finalmente, cada pensamiento me lleva a mí y a esa sensación de haber perdido el tiempo y el espacio.
Hay cosas que no comprendo, de la vida y de mí mismo. Las primeras puedo sobrellevarlas, pero las segundas son difíciles.
Ayer estaba solo. Solo y contemplativo. Solo y recordando. Solo y mirando a la gente caminar. Solo y sabiendo que las cosas han mutado. Solo creyendo que me he quedado atrás. Solo reconociendo que es una ilusión de mi vocación autodestructiva. Solo mirando a la gente de una forma similar a como antes lo hacía. Solo valorando lo que he vivido. Solo disfrutando el paisaje. Solo con mis preguntas. Solo con mis anhelos. Solo sabiendo que no perdí el tiempo. Solo aceptando que fue necesario. Solo y triste porque las personas con las que tejí amistad el semestre pasado ya no están. Solo por eso. Solo mirando a la gente caminando hacia la Facultad. Solo y con algo de fe aunque me guste negarlo. Solo pensando en el futuro. Solo pensando en el futuro cercano y no en el lejano como antes. Solo viajando en el tiempo. Solo evocando al que fui. Solo despidiéndolo donde no lo había hecho. Solo dándome la bienvenida a mi casa. Solo feliz de haber encontrado una vocación. Solo medio triste por saber que me llevará más tiempo y soledades. Solo feliz. Solo mirando y ya no esperando. Solo.
En esos años pasados fui muy feliz. Con una felicidad tan única como todo aquello que ha pasado una vez y hoy permanece en el mundo de la memoria.
Hoy también soy feliz. De una manera distinta. Hoy no tengo prisa y no compro prisas ajenas. Estoy tranquilo. Aunque por momentos me consume la desesperanza y la desesperación por los problemas que no dejan de estar presentes, puedo decir que estoy tranquilo. Sigo con las manos puestas en construirme y eso vale más que los años que pensé haber perdido sin terminar la carrera. Ya vendrá lo necesario para poner punto final a la historia académica que permanece abierta. Y aunque no sé cómo, habré de aferrarme con uñas y dientes a la nuevas historias que inicié hace seis meses, la académica y la personal, que a final de cuentas tienen también mucha culpa en mi felicidad.
Soy feliz de una manera distinta, quizás más sutil y agradable; más madura, seguro. Seguiré caminando, observando y contemplando. Solo, aunque sea relativo. Volveré a mirar desde la panorámica que ofrece Filosofía y Letras, como ayer, como antes no lo había hecho.

martes, 19 de febrero de 2008

Recursos humanos

Hace un par de semanas leí Recursos humanos, una novela de Antonio Ortuño que retrata el mundo oficinista de una manera brutal. El personaje principal, Gabriel Lynch, nos confiesa la historia de su odio, concentrado en la figura de su jefe, Constantino, el típico junior que trabaja en el empleo que le consiguió su padre. La razón del odio no se halla en la simple existencia de Constantino, ni en el hecho de que éste se quedara con el puesto que le correspondía a Lynch, ni tampoco en que además del escalafón le quitara a la novia. No, el odio de Gabriel viene de más atrás, de la simple existencia de personas con suerte y personas sin suerte, de un mundo donde existen, como él dice, “ángeles” que tienen todo y pobres diablos que no tienen nada o todo lo han perdido.
La novela de Ortuño tiene un humor afinado. Por momentos reímos ante hechos completamente desgraciados. La narración nos lleva a descubrir algunos de los aspectos más bajos del ser humano, y como tales, a entenderlos, no a juzgarlos ni a tomar partido. La oficina se vuelve un campo de batalla donde al parecer sólo un contrincante está enterado de la guerra, pues no ha sido declarada abiertamente. Allí, toda relación que se teje tiene un fin político, mezclado con lo laboral y lo pasional. Sin embargo, el odio tiene un blanco fijo y no cesara hasta llevar la lucha con el ángel a sus últimas consecuencias.
Antonio Ortuño, Recursos humanos, Anagrama-Colofón, México, 2007, 179 pp.

miércoles, 13 de febrero de 2008

Uno de mis escritores favoritos, a través de un personaje, nuevamente sacude mi estructura de pensamiento y logra que me cuestione sobre la importancia de escribir... ¿¿¿o acaso simplemente confirma algo que mi inconciente supone cierto y me sigo negando a aceptar???

"Sé generoso. Sé amable. Si quieres, puedes ignorar las artes y las ciencias; nunca ayudaron a nadie. Pero debes ser un amigo sincero de los pobres."

Eliot Rosewater en Dios le bendiga Mr. Rosewater, de Kurt Vonnegut

martes, 12 de febrero de 2008

EMO

Un videito que mi buen hermano Jorge me mandó por Hi5. Espero los haga sonreír...

martes, 5 de febrero de 2008

Música

El domingo fue de Súper Bowl. Ganaron los Gigantes, y eso trajo varias cosas buenas: regresó el campeonato a donde debe pertenecer, es decir la Conferencia Nacional; hizo que la derrota de los Vaqueros fuera menos dolorosa (perdieron con los campeones!), y finalmente, me devolvió algo de credibilidad en la NFL Pero también este blog se ha visto beneficiado, ya que la presentación de Tom Petty en el medio tiempo, me recordó algo que he venido posponiendo desde diciembre: hablar sobre los 10 cds que para mí fueron más importantes en 2007.
Mi intención era escribir una entrada por cada disco, pero eso me llevará mucho tiempo y sería seguir dando pie a que 2007 no termine de dejarme en paz. Así que escribiré sólo brevísimos comentarios de los discos en cuestión. Se trata de los cds de reciente manufactura que conjugan dos cosas: calidad musical y significado personal en determinado momento del año. Varios de ellos se editaron en 2006, pero bueno, el retraso en las novedades es parte del precio que se paga por no tener varo y por evitar la mierda radiofónica verdaderamente sin alternativas.
10. A finales de 2006 salió a la venta el disco de Jarvis Cocker como solista. A pesar de tener un trabajo previo en colaboración y varias canciones dispersas entre soundtracks y homenajes, The Jarvis Cocker Record es el primer material en solitario del vocalista de Pulp. No hay mucho que decir, simplemente Jarvis: buena música, buenas letras. Canciones al estilo de Cocker, con varios estados de ánimo, historias que hablan de la gente común y situaciones comunes con el incisivo colmillo del veterano “indie”.
9. También de 2006 es The Writer’s Block, de Peter, Bjorn and John. Casi todas las personas que conozco, los reconocen por el silbido de “Young Folks”. No obstante, el resto del disco también vale mucho la pena. Música sin complicaciones, directa y honesta, algo que los suecos parecen saber hacer (baste recordar a José González, Jens Lekman o The Concretes, grupo al cual pertenece, Victoria Bergsman, la chica que canta "Young Folks"). Este disco para mí es muy especial. Dejo el video de otro sencillo, “Objects of my Affection”, canción que he querido poner en este blog varias veces pues a lo largo del año funcionó como mantra para mantenerme en el proceso de búsqueda-afirmación-etc-etc que hasta hoy vengo viviendo y que es tema recurrente en este espacio.

8. 2007 fue el año que conocí a Pastilla. Gracias a Iván, he tenido la oportunidad de escuchar buena parte de su producción. Y aunque algunas canciones me parecieron conocidas, he de confesar que no puedo asegurar haberlos escuchado antes. Coincidió que el año pasado sacaron un nuevo álbum: A Marte. Para decir algo breve, baste retomar algunas partes de sus letras: “Abre las puertas Marte y penetran colores y sonidos”. Son el tipo de canciones que me gustan, pues combinan un rock sencillo, rítmico, que incluso invita a moverse de cualquier manera, pero con letras que no dejan de tener un gusto agridulce. Se agradece un disco de rock en español que no tenga esos terribles altibajos que comúnmente nos hacen pensar que de 12 tracks sólo valen la pena 3 (en el mejor de los casos). No, este cd es de un grupo ya maduro que no tira canciones a lo bestia.
7. Night Falls Over Kortedala es el más reciente material de Jens Lekman. Moviéndose más cerca de las arenas del pop y el folk, se trata de un autor que es bueno escuchar en cualquier momento. Con buenas melodías, podemos tenerlo de fondo mientras hacemos algo más o podemos dejarnos llevar hasta escenas tan cotidianas como un accidente casero en “Your arms around me”, o lo que sucede en un pueblo sueco que busca diversión “Friday Night at the Drive-in Bingo”. Un disco que vale mucho la pena, sobretodo si son de los que gustan de música para alegrar el día.
6. Ya he hablado e incluso puse una canción del soundtrack de Into the wild, compuesto por Eddie Vedder. Sin más que decir, sólo quiero recordar que es un excelente material. Valen la pena cada uno de los 33 minutos que dura en total, y es excelente para oir mientras manejas.
5. Husmeando en las tiendas de discos, me encontré una joyita. Tenía mucho tiempo sin comprar un cd de un grupo o músico que no conociera. Pero el excesivamente bajo costo (39 varitos), el diseño de la portada y el nombre Boy Kill Boy, me llevó a adquirirlo. Casi no lo pude creer cuando ese día, más tarde, quedé fascinado en mi cuarto con un material de rock que comienza fuerte y no baja nunca hasta el final del álbum. Cada track de Civilian muestra una energía y una forma de hacer música que realmente prende (me recordó al efecto de los discos homónimos de Franz Ferdinand y Razorlight). A veces vale la pena correr un riesgo.
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4. The Traveling Wilburys. Gracias a la presentación de uno de ellos en el Súper Bowl, he escrito una entrada que venía postergando y que quizás nunca hubiera escrito dado mi estado de ánimo. Es poco lo que se puede decir de este grupo, ya que las palabras más bien salen sobrando. En 2007, Rhino tuvo a bien reeditar material de algunos de los músicos más importantes del siglo XX. Casi a final de año, pudo encontrarse en México una caja con dos cds y un dvd que contiene la producción de The Traveling Wilburys. Si tienen oportunidad, obténgalo, vale mucho la pena. Creo que cualquier persona que gusta del rock, ha oido hablar de este grupo alguna vez. Aun así, y como dije que las palabras salen sobrando, no hablaré de la música, sólo mencionaré a los integrantes para que puedan darse una idea de lo que es su música: Tom Petty, George Harrison, Bob Dylan, Jeff Lynne y Roy Orbison.
3. A principios de año fui a Argentina y Uruguay. En las tiendas de Buenos Aires vi un disco que llamó mi atención, intitulado Raro y de un grupo que no conocía, El Cuarteto de Nos. Unos días después, Yoyo me puso una canción, pero no sabía quién la cantaba. Después descubrimos que era el mismo grupo cuyo disco había captado mi atención. Ya los he mencionado algunas veces. Resumiendo: buena música con letras excelentes que no dejan a nadie libre de crítica.
2. The Flying Club Cup es el segundo álbum de Beirut. Otro de los recurrentemente mencionado aquí o en las pláticas con amigos. Aunque no he logrado que nadie guste de su música, ya estoy acostumbrado y sé que en unos meses llegaran los mismos amigos que nunca me pelan y me darán la razón. Este disco, en mi opinión, supera al Gulag Orkestar, está más cuidado y se mueve en más direcciones. Por un lado, no suena tan gitano. Por otro, siguen estando ese sonido y letras nostálgicas y evocadoras de diversas emociones y estados de ánimo. La música sigue con su base de instrumentos de aliento metal, cuerdas (excepto guitarra) y percusiones. Es probablemente mi banda favorita en este momento. Y siguiendo la idea de continuar las cosas postergadas, dejo el tercer video del cd.

1. A algunos de mis amigos les parece que me gusta la música triste. Y al escuchar a Beirut, quizás reafirmen su idea. Sin embargo, para que vean que no sólo me gusta la música triste, sino también, y sobre todo la buena música con letras inteligentes, ácidas y amargas (Talking Heads son mis favoritos de siempre), aquí está el que para mí fue el mejor cd del año. No se trata estrictamente de un nuevo álbum, sino de una de esas reediciones de Rhino que mencioné antes. Treinta años después de su aparición, llega una edición “deluxe” del disco que dio a conocer al gran Elvis Costello: My aim is true. Con tracks extras y un cd en vivo, es una verdadera joya. Elvis Costello en esencia, no hay más. Dejo una canción, sin ánimo de nada más que de dejarles algo de calidad, en especial para la gente que lea esto en el trabajo, y para Mariana que hoy ha vuelto al suyo.
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* A parte de la lista de 10, quiero hacer una súper especial mención al New Moon, compilación de canciones tempranas de Elliott Smith. Las letras dolientes acompañadas de una guitarra serena y contenida, que caracterizaron la obra de Smith. Desde siempre y quizás para siempre, Elliott Smith ocupa un lugar privilegiado de los 10 principales de mi vida, y no podía dejarlo afuera.
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** Esta selección fue totalmente arbitraria y subjetiva. 2007, a pesar del final, fue un buen año en términos generales y en particular con la música. Conocí muchas cosas. Como parte honoraria de la lista están The Decemberists y The Kooks, cuyos cds de 2006 son buenísimos (pero ya era poner mucho del 2006). También Wilco, con su disco que supongo excelente Sky Blue Sky, que por falta de presupuesto no he podido escuchar 100%. También sé que el Neon Bible de Arcade Fire sí es estrictamente 2007 y quizá mejor que varios de los que puse, pero esta lista, como algo personal, no se trataba de la calidad solamente, sino de lo que en determinado momento pudieron significar, o los momentos que pudieron acompañar ciertas canciones o discos.

viernes, 1 de febrero de 2008

He descuidado un tanto este blog. El estado de ánimo de enero fue terrible. De arriba a abajo constantemente. Creo que más que el humor han sido una serie de circunstancias que no puedo controlar. La mierda está en toda la vida, lo sé, es sólo que ahora me siento un tanto más abrumado. Las necesidades que parecen no ser cubiertas y al mismo tiempo, cada vez más apremiantes. La búsqueda infructífera de empleo, donde siempre hay algo que falta: estar titulado, experiencia, disponibilidad de horario...
Porque si bien el año pasado escribí que sólo quería conseguir trabajo para ahorrar y en unos años hundirme en el mediterráneo, una condición para lograrlo era continuar estudiando a los clásicos... En fin, hay cosas que parecen llegar a destiempo, pero quizás es a ellas que pienso aferrarme como nunca lo he hecho en toda mi recochina vida. Porque a final de cuentas siempre he tenido que dejar algo o alguien...

Soy una veta de situaciones y sentimientos incompletos.

Y la verdad no hay algo en lo que pueda basarme par suponer que esta vez no será así, solamente este sentimiento de ya basta y el estar un poco más convencido que de costumbre acerca de qué quiero hacer.... y que además la única otra opción viable sería algo en lo que hoy no quiero pensar...
Hay cosas que me hacen feliz, relacionadas a mi familia, amigos (que es lo mismo), mi linda novia y, por supuesto, mi perro. Y es extraño porque a veces de alguna forma siento que también me llevan en la dirección opuesta a la que supuestamente quiero dirigirme, salvo lo que tiene que ver con mi perro Corso (llamado así por el poeta beatnik Gregory Corso). De todos ellos he querido escribir este mes. Sin embargo, por una u otra causa no lo he hecho. El ánimo no me ha dado...
No sé cómo han transcurrido los días... pero hoy ya rebasan treinta de desastre general. El panorama no pinta muy bien... y por supuesto no es esperanzador. No obstante, creo que algo bueno saldrá... Y ya no quiero dejar este blog ni seguir postergando las cosas que quiero escribir, ni las que quiero leer...
No sé cómo se ha ido ya un mes... y no escribí mucho... ni logré solucionar los problemas más apremiantes... ni hice nada de lo que quería hacer...
No sé a dónde se fue el tiempo...
Lo único bueno ha sido reafirmar lo que quiero, darme cuenta de las cosas a las que puedo renunciar (que es casi todo) y a las que no... y nuevamente estar tocando fondo y salir a respirar porque aun no quiero morir ni darme por vencido. Al menos una cosa quiero que me salga tal y como la he planeado... una sola entre los cientos o miles de cosas que he querido e intentado en casi 29 años... (ja!, otra vez me está dando el síndrome del envejecimiento prematuro... ya hablaré de eso... –esta vez sí lo cumpliré-). Bueno, en casi 28 años.
Ahora recuerdo a The Smiths y la voz de Morrissey diciendo “Please please please let me let me let me let me get what I want this time”. Pero esa canción no va del todo con esto ni con la manera en que hoy me siento ni con mis sueños que todavía apenas percibo como sombras, tras la neblina...
Sin embargo, aun puedo escucharla y evocar. Repetirla de vez en cuando y en privado, aunque nunca tanto como la última vez que quise algo que al final se fue, literalmente, volando... Entonces será repetirla para exorcizar el miedo de que el mismo pinche final se repita nuevamente... Ya veremos...