martes, 24 de junio de 2008

Hace unos días, un amigo me envío el siguiente correo, el cual copio para quien pueda estar interesado. Dejando a un lado, o mejor olvidando el cebollazo perredista, la idea es interesante...

(Notimex).- A fin de evitar que los textos que han pasado por ventas, rebajas y saldos, sean triturados por las editoriales y en busca de beneficiar al público lector, se llevará a cabo el segundo gran remate de libros '¡Salva un libro!'.
Esta venta de bodega de libros, a realizarse del martes 24 al domingo 29 de junio, en el Auditorio Nacional, es una iniciativa de éste y de la Secretaría de Cultura, a través de la Coordinación del Programa de Fomento a la Lectura 'Para leer en libertad'.
Con el lema 'Compra un libro para que siga existiendo, en lugar de que se tenga que destruir...', el objetivo de este ejercicio es ayudar a las editoriales y también a los lectores a comprar libros a bajísimo precio.
La industria editorial tiene sus bodegas llenas de libros que han pasado por venta, rebajas y saldos. No tiene cómo deshacerse de ellos ya que se le prohíbe donarlos o regalarlos, a menos que paguen impuestos por los mismos.
Además de costarles el almacenamiento tienen que pagar como activos fiscales, por lo cual, algunas editoriales se ven en la necesidad de triturarlos (otras no).
Para evitar esta práctica y fomentar la lectura, la Secretaría de Cultura del gobierno local decidió hacer esta gran venta de bodega, donde se consiguen libros a precio de remate.


El horario es de 11 a 19 hrs.

lunes, 16 de junio de 2008

En el camino en busca de la felicidad, se me ha hecho indispensable explotar la veta del autoconocimiento. Con la idea de que he de encontrar algo de mí que en un momento desconocido se perdió, he dedicado mucho tiempo a conocerme, en general. Y, como siempre, han sido compañía (además de amigos, familia y mascota) la música y los libros.
Hay una canción llamada Fisherman's Blues, que dice mucho de mi deseo de vida. En ocasiones tristes, o de nostalgia, o de simplemente no saber dónde estoy ni qué quiero, o de duramente no soportar estar dentro de mí mismo, es cuando la he escuchado, dedicándomela, aferrándome a cierto sueño de mar y tranquilidad, que sólo lleva mi nombre... y a veces, el rostro de alguna mujer.
Hoy esa canción aterrizó en mi memoria al saber del "domingo de soledad y nostalgia" que pasó mi buen amigo Iván. Por alguna razón, considero adecuado compartirla hoy con él, y con el resto de personas que puedan darse una vuelta por acá...


Fisherman's Blues, de The Waterboys

I wish I was a fisherman
tumbling on the sea
far away from dry land
and its bitter memories
casting out my sweet line
with abandonment and love
no cieling bearing down on me
save the starry sky above
with Light in my head
and you in my arms

I wish I was the brakeman
on a hurtling, fevered train
crashing headlong into the heartland
like a cannon in the rain
with the beating of the sleepers
and the burning of the coal
counting the towns flashing by
in a night that's full of soul
with Light in my head
and you in my arms.


Dentro de las opciones que ofreció youtube para la canción, esta me pareció la única no ridícula ni fácil, e incluso con ciertas cosas visuales interesantes.

viernes, 13 de junio de 2008

Hoy estoy feliz. Pero no puedo dejar mi actitud crítica (¿o será criticona?), puesto que forma parte de las cosas que me hacen feliz. Así que dejo un video de mi banda favorita. Fíjense en la letra... es buenísima!!!

miércoles, 11 de junio de 2008

Hace mucho que no me preocupaban tanto como este año las posibilidades del futuro. ¿Gano algo preguntándome por él? No lo creo y aún así persisto en mis intentos de generar alguna especie de máquina del tiempo mental que me permita proyectarme y al menos dar una ojeada.

martes, 10 de junio de 2008

Esta es una de esas veces en que quiero escribir pero me sale nada. Me distraigo con cualquier cosa. Veo la pantalla o la hoja blanca y escucho. Escucho música, evoco imágenes, pero rehuyo a escuchar los sonidos de mi corazón. Es más difícil hablarse con la verdad, y muchas veces me viajo, me disipo, me perdono: hoy no, sólo por hoy me dejo en paz. Y sin embargo, ese sólo por hoy, fue ayer y será mañana. Y la vida parece estática, casi sin sentido, pero al mismo tiempo por alguna razón que no puedo comprender sigo respirando. Quiero suponer que si no fuera necesario que siguiera otro rato por acá, hace mucho hubiera alcanzado el techo de otra catedral (todo mexicano guarda algo de estilo dramático). En fin, cosas que no entiendo, como mi inmensa terquedad de llenar los espacios en blanco con palabras, con imágenes y recuerdos como para asegurarme, para recordarme, para reiterarme, ¡carajo! para convencerme de que he estado aquí.

lunes, 9 de junio de 2008

Hoy desperté y me puse oir música. Activé el seleccionador aleatorio y curiosamente todas las canciones eran de tipo "romántico"... Acepté el estado de ánimo propuesto por el reproductor, pero de repente cambió y alternó a estados anímicos varios... No sé en cual venga a entrar esta canción. Sólo sé que a lo largo de todo el día no me la he podido quitar de la cabeza y no entiendo por qué. Dejo el video y en especial para el buen Paco Yáñez por sus lentes de Damon Albarn... y para Omar Téllez, uno de los más grandes fans de Blur que he conocido.
Hace un par de años tuve la oportunidad de ver en Casa del Lago la obra Los Prohombres, de Noé Morales Muñoz.
En días pasados me enteré que la obra se montó y está persentándose miércoles y jueves en el Foro Shakespeare. Aún no he ido a verla, pero sé que el equipo es el mismo que hace unos años, lo cual grantiza un buen trabajo.
La obra parte de un hecho real en el que un suicida y un aspirante a caníbal se contactan por internet (supongo que muchos recordarán la noticia). Sin embargo, lo interesante es el texto mismo del autor, quien nos ofrece un trabajo muy inteligente, con cargas de humor preciso y de diferentes tonalidades. Algo que debe verse con atención y calma, y que seguramente hara trabajar al cerebro. En fin, es una obra que vale mucho la pena.
Dejo el trailer que hallé en youtube, para que se den una mejor idea.
Espero que quienes lean esto puedan ir. La temporada dura hasta julio, si mal no recuerdo. Yo probablemente me dé una vuelta la próxima semana, nos estamos viendo.


sábado, 7 de junio de 2008

Nostalgia de Troya

Hace poco más de un mes tomé la difícil decisión de postergar la licenciatura en Letras Clásicas. Por esos días mi cabeza no funcionaba muy bien y buscando en la biblioteca un libro de alguna autora mexicana, me confundí y me dejé llevar por el título de una novela: Nostalgia de Troya. La confusión fue más bien producto de la carga emocional que llevaba ese día, pues hasta después de solicitar el préstamo reparé en que no era la autora que buscaba.
La novela es un interesante experimento de Luisa Josefina Hernández, cuyo centro es un personaje, René, al cual conocemos a lo largo de seis capítulos. Sin embargo, ese conocimiento no es lineal. El personaje se presenta por medio de otras voces, en distintos espacios temporales y geográficos. Cada narrador nos da la imagen e idea que tiene del personaje principal que es René, tipo que viaja, que no ancla nunca, que busca y persigue y en ocasiones se engaña.
No resulta complicado entender el buen uso de distintas voces por parte de la autora, una de las más reconocidas del teatro en México en el siglo XX. La narración es fluida y ágil y logra contextualizar bien las diferentes épocas de los capítulos, ya sea con las preocupaciones sociales, los pensamientos de cierto sector de la sociedad, incluso las búsquedas de los personajes son claro reflejo del tiempo en que se desarrolla cada capítulo.
Hubo algunas partes de la novela que me gustaron, algunas de las cuales comparto en este espacio (la mayoría son frases en la voz de René, con quien hubo ciertas empatías):

"Vivir es, al fin y al cabo, el arte de pasar los días."

"La felicidad es un punto de vista, una manera de juzgar los sucesos."

"(...) pienso en el hombre y lo odio. Lo odio cuando no comprende y no actúa, cuando aprovecha para sacar ventaja, cuando no entiende y dice que es feliz. Un mexicano no tiene derecho a ser feliz, tenga lo que tenga y haya hecho lo que haya hecho, las dichas de los sobrevivientes son oscuras y sus triunfos no cuentan."

"Por dentro, aunque por fuera no lo parezca, carezco de tiempo."

"No siento ni he sentido la paz en muchos años, ni siquiera puedo describirla o imaginármela como un estado de ánimo accesible, pero algo me la trae cuando digo que tal vez, a lo largo del tiempo, es posible conservar algo, así sea una moneda apretada en la mano."

Luisa Josefina Hernández, Nostalgia de Troya, México, Siglo XXI, 1970, 200 págs.

viernes, 6 de junio de 2008

1
Siempre he soñado con viajar por carretera. Alguna vez, hace muchos años, jugaba a imaginar con un amigo el momento en que tendría un Ford Maverick y arrancaríamos un trayecto sin la certeza de regresar. Cantábamos los versos Corre como el viento, anda échate a volar, déjame mirar que todo va quedando atrás, sí, muéstrame que los caminos sirven para despegar, quiero sentir el viento y probar la libertad.
Qué lejos estábamos los dos de saber los rumbos que tomarían nuestras respectivas vidas. Al punto de hoy escribirnos esporádicamente por medio virtual y vernos casi cada año para, curiosamente, sentir que no ha pasado el tiempo. En ese entonces no sabía yo la cantidad de gasolina que gastaba un Maverick, ni sabíamos conducir, ni sabíamos que él iba a tener un hijo y que yo no me iba a suicidar a los 26 años. Tampoco sabíamos que a final de cuentas, después de varias peleas y reencuentros, llegaría la calma y hasta estudiaríamos carreras muy similares.

2
Hace varios años viaje con un grupo de la Universidad a Nurío, Michoacán, al Congreso Nacional Indígena. No lo sé de cierto, pero como diría Sabines, lo supongo que era el único no zapatista en el viaje. Mi interés no era ver a Marcos y los comandantes del EZLN, sino a la gente. Yo no bebí revolucionariamente ni me envolví en sábanas de rebeldía. Observé. Escuché. Eso fue todo. Pude entender mis límites y los de otros por buscar cambiar las cosas en mi país. Pude comprender, con mucha felicidad que una tormenta no me haría dar pasos atrás. Y también felizmente comprobé mi congruencia en actos y palabras.
Fueron muchas las cosas que absorbí en tan sólo unos días. Sentí a qué parte del país pertenezco, no en sentido material sino ideal. Supe qué parte del país me gustaría conocer, en dónde podría sentirme ubicado, como digo, con sentido de pertenencia. Pude confirmar lo que años antes llegó como un breve presentimiento al lado de otro amigo, en un viaje ya mencionado aquí hace un rato: que algo de mí habría de encontrar más adelante en sitios como ese, o simplemente viajando.

3
Siendo alguien que disfruta manejar y viajar, nunca había manejado en carretera hasta hace dos días, cuando venía regresando de Puebla.
Por la mañana estuve dos horas esperando en un terreno todo hierbas amarillas y verdes, tierra, cielo despejado, sol y silencio. Recordé las zonas agrestes de Aguascalientes y su gente, aquellas cuyo recuerdo me resisto a disipar a pesar de los ya casi 20 años de haber vuelto a la capital.
Provincia es diferente, pero dentro de la misma también hay diferencias. No hablo sólo entre estados, sino al interior de los mismos. Después de estar en el terreno evocador de mi niñez estuve en la ciudad. Tan distinto todo, lleno de edificios y gente. Los edificios transforman el sol y el aire. Las personas también. Todos haciendo algo, ocupados, todos en su papel de Prisa. Y ruido, siempre el constante ruido que después de un rato se convierte en murmullo y nunca en silencio.
No pude evitar el contraste y me contenté con haber aprovechado las dos horas de la mañana en escribir algo, unas hojas que más allá del valor literario que pueda o no hallarle en los próximos días, son importantes por la atmósfera que rodeo la escritura (que por cierto desde entonces sé no es la mejor que puedo dar).
Como sabía que era un viaje rápido no iba con intención de conocer, sólo de caminar, observar, escuchar. Tomé algunas fotografías y compramos dulces. Por la tarde noche, al regreso, no pude evitar pensar en Jorge Armando un breve instante, recordando los versos. Tampoco pude evitar los pensamientos que abruman esta etapa de mi vida. Ni mucho menos cierto mareo que atribuí a la serie de curvas, pero que hasta hoy sigue presente.

4
Después de más de un mes sin novedad, mi Chevy camina de nuevo. Tengo que tratarlo con cariño antes de manejarlo en serio otra vez. Va a llevar tiempo, lo cual asumo que es mejor. Y es que no es un Maverick, ni tengo un peso encima. Además, Jorge también tiene sus problemas y conozco su carácter. Sin embargo, algo dentro de mí me dice que tarde o temprano iré (quizás con él) entonando esa canción mientras me interno en un viaje, sin importar si es largo o breve, en el cuál conoceré otras partes de México donde el sol juega con el viento libremente, aquellas donde un motor de auto se escucha a un kilómetro o más de distancia, en intervalos de dos, tres o diez horas. Puede que el viaje se demore unos años más, sin embargo ya no me perturba la prisa por hacer las cosas, sino la certeza de su plena realización.
Quien quiera enrolarse será bienvenido.