lunes, 17 de noviembre de 2008

Vuelta al blog diván

Las últimas semanas han traído cambios y circunstancias que han tenido mi mente y tiempo flotando algo lejos de este mundo virtual; muchas cosas en escasos días. Pero de nuevo el blog adquiere forma de diván cuando es más necesario. Enfrentarme a cosas nuevas puede derivar en dos actitudes: emoción por el riesgo o miedo ante la incertidumbre, ambos parte de mi vocación autodestructiva.
Hoy me enfrento a eso. Lo nuevo, en combinación con el cambio de hábito, cierto abandono de las formas conocidas, hace más brutal al miedo. Me quedan en cambio algunas certezas que me confortan: unos padres por demás extraños, pero que de una u otra forma están conmigo; un hijo precioso que siempre me recibe con una sonrisa; una hija canija que acelera más de lo que puede andar, y una novia hermosa que no se preocupa por mis deficiencias genéticas y enfermedades familiares. Tengo también la esperanza de alcanzar uno que otro sueño, y ahí la nueva certeza de que eso desconocido puede redundar en ello.
En fin, es un día extraño. Muchas emociones. Demasiado poco tiempo. Ya llegará la mañana y con ella un día decisivo lleno de incertidumbre pletórica de posibilidades.
La canción que me ha acompañado mentalmente estos dos días...