lunes, 30 de marzo de 2009

Postcards from me

I
Te noto distinto...
Sí, soy otro, yo mismo me siento distinto, soy otro después de haber visto a Beirut.



II
Ha pasado más de un mes y aún no había tenido tiempo de escribir sobre los conciertos de Beirut en la ciudad de México. Ahora quizá podría parecer algo anacrónico, sin embargo, sé que esto llega a tiempo, a su tiempo, que es mi tiempo. Estoy frente a la computadora, con la música de Zach Condon de fondo, reviviendo emociones y sentimientos de hace más de treinta días.



III
Conocí la música de Beirut por la conjunción de dos causalidades: un breve artículo en una revista y la búsqueda de una canción vía internet. Llegó "Postcards from Italy", varias veces mencionada aquí, justo cuando la necesitaba, en una época que a pesar de su cercanía me parece muy lejana, décadas de distancia. Llegó la canción y con ella la expulsión de muchos fantasmas que más bien por miedo mantenía a mi lado. Todavía recuerdo el día que fui a comprar Gulag Orkestar, el regreso a la facultad, donde lo mostré a Iván al tiempo que mis ojos se perdían en la inexistencia diluida de lo que pudo ser o no ser. En adelante el gusto por la música de Beirut fue creciendo más y más, reforzado por lo magnífico de Lon Gisland y de The flying club cup. Creo que hay gustos trascendentales en la vida de las personas, y puedo afirmar que mi vida ha sido distinta desde que tengo la compañía de este grupo en mis oídos.



IV
En una mesa para varias personas estamos sentados algunos amigos y gente que conozco pero no reconozco. Entre una frase y otra viene la plática sobre música... los próximos conciertos.
¿Ya viste que va a venir Beirut?
La sorpresa en mi rostro y luego la explicación de Omar. Los ojos emocionados de Mariana y la promesa de conseguir los boletos cuanto antes.



V
Tomo mi hora de comida en el trabajo para ir a las taquillas del Auditorio Nacional. Prefiero gastarme el varo del cargo por servicio a dárselo al pinche ticketmaster. El metro tarda en pasar, va lleno. Una vez en el Auditorio la fila es corta, la mayoría son chicas que quieren ver a un cantante pop boleros romanticón. Frente a mí la pantalla que anuncia los próximos eventos del auditorio muestra una foto de Zach con un acordeón en las manos y un fondo azul cielo. Tengo los boletos en la mano, apuro un par de hot-dogs y vuelvo al trabajo.





VI
Escribo desde la oscuridad del trabajo. Me hacen encabronar, me decepcionan una y otra y otra vez. Entonces mi amiga me ve. Tranquilo, no te preocupes, mañana ves a Beirut y todo debe valerte. Le sonrío sin adivinar lo acertado de su frase.





VII
Bajo la lluvia y en el coche esperamos a Iván. Sus ojos, siempre brillantes, denotan una luz distinta. Afuera llega poca gente, adentro somos dos y la múscia de estudio que en un par de horas habremos de oír en vivo.



VIII
Salen al escenario de forma sencilla, sin alboroto ni pretensiones. Toman los instrumentos y van a lo suyo: "Nantes". Estamos hasta adelante. la gente no se agolpa ni hay empujones. Todos buscamos una foto o el video, pero los tipos de seguridad se muestran más rudos de lo que nunca antes había visto. Dejan a algunos que graban en celular, pero no son tan magnánimos con las cámaras. Decido guardar la mía. Será mañana, pienso, desde otra perspectiva. Sólo dos ocasiones: Beirut y David Byrne, he estado hasta adelante. Sólo dos, y no hay casualidades.



IX
Estamos a varios metros del escenario. La gente es distinta a la del día anterior, más joven, pero con buena vibra igual. Bebo un vodka tonic cuando entran a escena. Mi poca habilidad y ya no la seguridad evita que comience a grabar a tiempo. Casi todo el concierto quedará en mi cámara. Degusto la música de forma distinta. El sonido se percibe mejor, aunque el desgaste de mis ojos hace borrosas las figuras de los músicos. Reconozco las canciones, las aprecio, las digiero, canto, me muevo un poco (los tipos duros no bailamos) y vuelvo a cantar.



X
Voy por la calle en la mañana fría. Los vapores de la mañana, nauseabundos, se filtran por mi nariz y no me importa. Voy al trabajo, pienso, me caga, pero no me importa. Recuerdo el concierto de la noche anterior, la gente con la que lo compartí: Iván y Mariana. Evoco la música, la sencillez de la banda, la maravilla que logran cinco tipos que disfrutan lo que hacen. Pienso que después de todo hay momentos que hacen llevadera esta recochina vida.
Me siento distinto. Como si estuviera en otro tiempo, en mi tiempo, aunque no sepa con exactitud lo que significa o lo que quise decir con esa frase. En la noche los veré de nuevo, ¿se acabará el efecto o se potenciará?





XI
Estoy en medio de la nada, ensoñando. Se perciben y agolpan muchas imágenes futuras y pasadas, y sólo algo de música inunda el ambiente.





sábado, 21 de marzo de 2009

¿Seguirá la buena racha de conciertos?

En las últimas semanas había recibido, por diversos medios, algunas noticias sobre lo que el Vive Latino de este año tiene preparado. Mi respuesta, como en ocasiones anteriores, fue un tanto de incredulidad pues ya han ocurrido cancelaciones y/o falsas confirmaciones. Y luego de unos días pensé que este año también pasaría de asistir, sí Calamaro, sí Fratta, sí Los Bunkers y otros que repiten pero me gustan, sí Banda Bostik en escenario decente y sin chela en bolsa, y sí las recomendaciones de Iván... Pero con todo, pensé no ir hasta hace unos minutos, cuando unas letras del cartel llamaron mi atención: ¿Gogol Bordello? Y después, revisando en su página, confirmar que sí, que la fecha ya está ahí, igual a la que aparece en el blog de Calamaro: sábado 16 de mayo. Sólo habrá que confirmar que sí sea ese día y no el otro. Dejo entonces una presentación de Gogol en tv, donde con todas las restricciones que puede tener una banda en ese medio demostraron algo de lo que son. Sin duda estando aquí se va a poner bueno, he tenido buena racha de conciertos y espero que no sea la excepción. Viendo que es mi último año de los veintes, tal vez valga la pena ir a bailar y partirme la madre con la banda.

jueves, 19 de marzo de 2009

Hoy...

Hoy es mi cumpleaños... y como en muchos otros he pensado... pensado... pensado...
Mis estados de ánimo siguen convergiendo entre los extremos y matices. Pero ha sido y seguirá siendo un buen día.
Hoy tengo mucho que decir, pero me basta con esto: estoy vivo, vale la pena.
Por la mañana desperté con una canción en la mente: Part one of the cowboy trilogy de Sean Lennon, de la cual no he hallado ningún video, pero ya veré al rato como compartirla. Poco más tarde, los vendedores en el metro me hicieron recordar esta otra, vieja conocida por muchos...
Carpe diem


viernes, 13 de marzo de 2009

Pecado musical

El mismo día que conseguí el cd de Roxy Music, al entrar en un supermercado reconocí que la música que sonaba era una vieja canción que en su momento me agradaba. Disculparán el contraste en calidad, pero ciertamente, y como dice Iván, solemos dar cada bandazo que sorprende. La rolita sigue gustándome, para qué negarlo. Si no fuera así, no me atrevería a ponerla aquí. Tiene su encanto.


jueves, 12 de marzo de 2009

De regreso y algo de música

Ha pasado casi un mes desde la entrada anterior. Un mes, y puedo decir que el estado de ánimo en los últimos días ha sido muy parecido al de ese día. Sin embargo, también puedo decir que como siempre las cosas han cambiado, yo mismo he cambiado. Por alguna razón la lectura de La burla del tiempo de Mauricio Electorat fue un aliciente para el ánimo, un acicate para mis deseos de escribir, una buena compañía en ese ir y venir del lugar oscuro en que se ha transformado el lugar donde trabajo. Ya hablaré más a fondo en una próxima entrada... sobre el libro, claro.
También para los próximos días espero publicar un comentario sobre los conciertos de Beirut en la ciudad de México. Un comentario que debo desde también hace casi un mes.
En fin, hay muchas cosas para los próximos días. Escrituras que merecen les conceda algo de tiempo que hoy sólo quiero usar para apendejarme un poco, para no pensar, dejar que el cerebro deje de funcionar unos minutos, aunque seguramente en un par de horas volveré a la lectura que me ocupa ahora (algo breve: Nocturno de Chile de Bolaño).
La próxima semana es mi cumpleaños. Fecha conflictiva: me gusta y lo detesto. Recuerdo que el año pasado tenía pensado algo (que ya es mucho decir para mí) y algo más o menos especial (cosa aún más extraña), pero se fue al caño. (Ahora que lo pienso, no es reciente, llevo dos años soportando algunas huevaditas de unos de mis "mejores" "amigos") No espero más que las llamadas o felicitaciones de siempre, si acaso menos, y por lo demás sé que la fecha pasará desapercibida por la mayoría de las personas que conozco (lo cual habla más mal de mí que de ellas, aunque la idea no es hablar mal de nadie). Y está bien, creo que a veces hasta lo prefiero. En fin, con nulo entusiasmo ayer decidí "consentirme" un poco, así que fui a una tienda de discos para enriquecer más a sus dueños y conseguí de nuevo algo de Sigur Ros, una serie de tv que me gusta, un disco de Orishas que ya no se conseguía acá en México, y lo mejor: el ansiado y tan buscado primer disco de Roxy Music, en una edición japonesa que me pareció hermosa y adivino muy similar a lo que fue en vinil. En fin, comparto uno de los breves instantes de alegría que hacen que seguir en este recochino mundo valga algo la pena, y dejo el video de Virginia Plain de Roxy Music.
Make me a deal and make it straight
All signed and sealed, I´ll take it!!!