viernes, 11 de marzo de 2011

De un tiempo lejano anoche llegó un recuerdo

Anoche, sin el menor aviso, recordé a mi primo Roberto, antes "el Rober", ahora Raziel. Del sitio donde estuvo oculta en mi memoria llegó una escena que representamos hace como veinte años. En una ocasión platicábamos sobre los personajes famosos a los que querríamos parecernos al crecer. Armábamos una lista de posibles heroes a emular y la regla era que cada personaje podía ser sólo escogido por uno de los dos. Cuando en una jugada magistral mencioné a Sylvester Stallone, y con él a Rocky y todos sus personajes, mi primo tuvo un arranque de originalidad y, como anoche, escuché su voz: "Ah, pues entonces yo voy a ser como Palito Ortega, que es un cantante argentino que conoce mi papá". Yo no sé quién, entre mi padre y mi tio, se aficionó primero por la música de Palito Ortega, pero lo cierto es que ambos se encargaron de compartir su música con nosotros. La discusión entonces dejó de girar en torno a Mr. T, Clyde Drexler y Patrick Ewing, y se convirtió en una competencia para ver quién conocía más canciones del cantante argentino. La dura verdad fue que a él le gustaban unas que a mí no, y viceversa, si la memoria no me engaña, porque el recuerdo no dio más, así que sólo supongo que la polémica terminó al prender el televisor o salir a jugar basquetbol o a andar en bici. Creo que la parte esencial, si se le puede llamar así, está en lo que comparto hoy, que él no es como Palito Ortega y yo, bueno, ni me he quemado las heridas como Rambo (una vez, también con mi primo, pretendí hacerlo) ni he luchado 15 rounds que me hayan hecho sentir que no soy un perdedor. En algún lugar esos recuerdos permanecen, y espero que me visiten más seguido.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Otro sueño sobreviviente

En ocasiones uno siente que algo muere, dentro o fuera de sí mismo. El año pasado, o antepasado, no recuerdo bien, sentí que apenas algunos sueños sobrevivieron una terrible noche, como la de anoche. Hoy me siento similar. Mis sueños se componen de imágenes, frases, miradas, recuerdos, atmósferas llenas de neblina donde habitan cosas que me han dejado marcado, de una u otra forma. No recuerdo el año preciso, aunque probablemente fue hace como quince años, cuando estas imágenes comenzaron a habitar mi ser. Hoy las comparto, a manera de resistencia, como alguna vez, en este mismo blog, compartí otras tres imágenes que sobrevivieron ante la desesperanza y la falta de sentido.