miércoles, 1 de octubre de 2008

Antes de servirme jugo en la mañana vi la fecha de caducidad del mismo. Cada vez que alguna fecha de caducidad coincide con mi próximo cumpleaños pienso en guardar el producto hasta ese día para consumirlo. No sé por qué. Quizás la caducidad de un alimento me hace pensar en mi propia caducidad -al fin y al cabo alimento de gusanos. O acaso no concibo que ese día algo muera. ¿Pero acaso no fue justo el día en que nací cuando comencé a morir? ¿o empecé a vivir y sólo hasta ahora creo que muero? Asunto de enfoques. Sin temor a equivocarme además puedo afirmar que he resucitado muchas veces.
En fin, el jugo de naranja también se convierte en algo etéreo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

etereo no ... se convierte en pipi jajajaj como estamos carnal , cuidese y ya nos toca la famosa chela no¿ pa platicar de la vida y contarte unas cuantas cositas que pasaron en esta semana