viernes, 20 de mayo de 2011

Confusión

Llevo lo que va del mes visitando el hospital, varias noches durmiendo en sillas, en el piso y de nuevo en una silla: la más incómoda que he encontrado. Mamá está grave y no sé qué pensar. Los pronósticos pasaron de ser pesimistas a ser herméticos. Reserva total, frases como: "Toda persona que llega aquí está delicada, pero ahí vamos, paso a paso": mi favorita del mes, la que me dijeron hoy en la mañana, con tacto artificial, frente a mis seguras ojeras y mi, supongo, rostro de desesperación... Incertidumbre. Confusión.
Muchas cosas parecen estar al revés. Leo, por primera vez, un libro de Paul Auster que no me está gustando, que me desdibuja la imagen que se formó tras leer "La invención de la soledad" y salvar la vida. Duermo breves periodos de cinco, diez, a lo sumo quince minutos, en los que logró soñar o ensoñar o sólo engañar a mi cerebro con escenas extrañas que terminan con una sacudida para revisar que todo sigue bien, que mamá aún está respirando, o para comprobar la trampa cerebral, darme cuenta de que no estoy en el hospital, que esa noche volví a dormir en casa, en cama, más horas, y que desgraciadamente es el momento de alistarme para ir a laborar. Odio mi trabajo un poco más ahora. Entre la realidad y mis ficciones cerebrales he estado en una ciudad de América del norte con Mariana, o con mi mamá, o con mi perro; también he viajado al pasado con un acompañante cuyo tiempo no coincide con el del espacio donde aterrizamos; o simplemente he caminado hasta encontrarme con recuerdos de infancia y adolescencia que permanecían latentes en mi ser. Por momentos pierdo la ubicación espacio temporal, no sé cómo es que voy pasando los días ni recuerdo las pláticas con las personas. Estoy cansado, con miedo, con ansiedad y con ganas, como hacía ya mucho tiempo que no me sucedía, de cerrar los ojos tan fuerte como para generar un quiebre temporal y volver a los años donde la vida era más fácil, aunque nunca fue fácil, y simplemente se hacía más llevadera por los consejos, las historias y el cariño de mamá.

4 comentarios:

Iván *El Gato Azulgrana. dijo...

Un abrazo hermano, no ayuda de mucho, pero en un hospital igual y te sirve de algo. Ánimo pelotudo.

JJ dijo...

Gracias, carnal, sí que ayuda, no pienses que no demasiado, es al menos lo suficiente para seguir.
Abrazo de vuelta =)

Sara. dijo...

Creó que hoy más que nunca comprendo a la perfección lo mal que la estas pasando, hoy precisamente hoy me acabo de enterar que mi viejo está muy mal......y sólo viene a mí mente que tengo que intentar salir adelante. :(

Te mando un fuerte pero muy fuerte abrazo y espero que tú mamá se recupere muy pronto un beso.

JJ dijo...

Gracias, Sarita, hay que echarle ganas. Sabes que también cuentas con mi apoyo y el de Mariana. Esperemos que todo siga bien. Ánimo y abrazos muy fuertes... :)