lunes, 6 de mayo de 2013

...


Mi ídolo aparece en un periódico hablando de cosas que a casi nadie le importan. Sale en una foto quizá poco afortunada, o poco editada, o poco planeada. Detrás del armazón de pasta se adivina el inicio de estrabismo, o quizá un defecto producto de las horas de lectura: horas que suman días, meses, quizá años. Tal vez sólo pasó una mala noche. Por lo demás viste una camisa sin corbata, una chamarra de cuero, nada de última moda. Tiene el ceño fruncido, como todos los que nos hacemos preguntas. Difiere de la gente que copta portadas y pasarelas. No es millonario ni lo persiguen multitudes. Es novelista y escribe de puta madre. Eso es todo. Nada más...

2 comentarios:

Rogelio Pineda Rojas dijo...

Wow! Buena adivinanza. Pero a pesar del misterio el tipo me ha caído a todo dar: se percibe auténtico. A ver si luego lo “presentas”. PD: Chido eso de que la gente con el seño fruncido se hace preguntas. En tal caso creo que yo ya tengo una deformidad entre ceja y ceja.

JJ dijo...

Sí, nuestra frente además de crecer se deforma. Ya te pasaré algo de él, sin duda, hermano.