martes, 23 de agosto de 2011

Develado

Hace algunos años una persona me dijo que a veces mis actitudes eran como de quien piensa que no se merece lo mejor. Me resultó curioso que me lo dijera justamente quien dedicó mucho tiempo a hacerme sentir que yo no merecía estar con ella. Decir que era ella quien no se merecía estar conmigo podría ser cierto, pero también resultaría pedante y parcial. La verdad es que todos herimos y somos heridos. Algunas personas lo hacen con mayor alevosía que otros, pero todos lo hacemos. En mi caso, en términos generales, he lastimado a las personas por mi ineptitud social y mi falta de visión para distinguir lo correcto de lo incorrecto, cuando estas caracterizaciones de los hechos no se ajustan a mi propia opinión. Algunas veces también actúa la indiferencia, el simple hecho de no sentir nada. Claro que esto lo he descubierto gracias a la luz amarillenta con la que los años iluminan los recuerdos. Y es interesante constatar o descubrir ciertas cosas. Por ejemplo, me resulta revelador que algunas personas de breve incursión en mi vida han sido más significativas que personas que se quedaron más tiempo; que algunos desconocidos contactados por la frialdad de un email han sido más cercanos y familiares que la gente que tengo al alcance de la mano; o que únicamente he percibido como real una relación de pareja en dos ocasiones, una de ellas con alguien que ni siquiera alcanzó el grado de "novia" y la otra con mi pareja actual. A veces, cuando una pelea lastima mi presente, vuelvo la vista al pasado y evoco rostros, algunos que conservan una gran interrogante sobre las posibilidades que no existieron (la fuga falaz siempre me ha resultado atractiva). De esas veces, siempre me sorprende darme cuenta lo diferente de mi opinión y mis emociones ahora; y me alegra. Además, resulta feliz el hecho de que después de esos viajes temporales sólo quiera emprender el regreso a casa, y que la canción que comparto a continuación  me hable de un futuro no deseado y no de un presente irresoluble, o en todo caso algunas frases (como la primera estrofa) me recuerden tanto a Mariana... 


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