miércoles, 22 de agosto de 2007

Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce

Hace varios años un compañero universitario me recomendó leer a Roberto Bolaño. La contraportada del libro era imponente al colocar a la novela Los detectives salvajes en el mismo nivel de Rayuela de Cortázar. Compré el libro y empecé a leer. Me gustó. Sin embargo, dejé la lectura por creer que todavía no estaba preparado para llevarla a cabo. No me arrepiento, ahora puedo tener una mejor recepción de la obra, y más conveniente a mis intereses.
Sin embargo, a pesar de todo, Bolaño se convirtió en una especie de fantasma en mi historia de lecturas (hasta la fecha no he conseguido Una novelita lumpen, que era con la cual quería iniciarme en su literatura). Años después de ese primer encuentro, con la muerte del escritor, evité caer en la avalancha de lectores (cada que muere alguien se disparan las ventas y aumenta el número de seguidores).
Hace un mes más o menos, mientras buscaba algún libro para nuevamente gastar mi dinero y quedarme con cero en el bolsillo, me crucé con Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce y reapareció el fantasma. La primera novela de Bolaño, escrita a cuatro manos con Antoni García Porta (A.G. Porta). La tentación fue enorme, pero antes debí resolver si ya me sentía capaz de leer a Bolaño. Dos días después, endeudándome (puesto que ya había gastado mi dinero) compré el libro.
La lectura fue rápida. Se trata de una narración tipo policíaca, fluida y cuya intensidad va creciendo a cada párrafo, hasta llegar a una especie de descenso que prepara para el final. Lo mismo sucede con las acciones. Podría decir que es una novela rápida. Los personajes son jóvenes y, aunque se sitúan en otra época (la novela fue escrita entre 1979 y 1983), no me parecen tan distantes ni la actualidad ni a mí. Ángel Ros, el protagonista, es un joven español -a ratos luce más bien latinoamericano-, que parece dejarse llevar por las acciones de Ana y al mismo tiempo refiere una y otra vez sus quimeras literarias. Otras cosas atractivas de la obra son el sentido del humor, bastante incisivo en ocasiones, y las referencias y guiños culturales que van desde la cuestión literaria hasta la nota criminal, y que en la misma narración llegan a hacerse explícitos.
La edición contiene un buen cuento, también escrito a cuatro manos: "Diaro de bar". Además, resulta interesante leer el breve prólogo del mismo A.G. Porta, donde habla sobre lo que ha significado la novela y trata de recordar cómo fue el proceso de escritura tanto de los Consejos como del cuento. De particular curiosidad son las opiniones vertidas por el autor y las referencias epistolares donde se ven las ideas de Bolaño. Vale la pena.
Roberto Bolaño & A.G. Porta, Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce seguido de Diario de bar, Acantilado, Narrativa del Acantilado 99, Barcelona, 2006, 182 pp.

NOTA: Como dato curioso, escuché "Wolf like me" mientras recordaba la novela y no me resulta contradictorio, quizás hasta imaginaría a los protagonistas en alguna de las escenas con esa canción de TV on the radio como fondo musical. Por otra parte, quisiera aclarar que tengo mucho tiempo sin analizar o al menos reseñar un libro. No sé si alguna vez lo hice bien. Y ahora pongo todo en duda puesto que, con las clases de latín me doy cuenta de lo poco que conozco el español y de lo mucho que me falta para escribir correctamente. Y bueno, en el caso de hablar sobre algún libro, hace tanto que no lo hago con cierta seriedad, que ya no sé qué decir. Nunca me han agradado las reseñas que cuentan partes de la historia o incluso el final. Pero valga esto como el inicio de una especie de nueva sección en el blog en la cual recomendaré algún que otro libro según los vaya leyendo y me hayan gustado. Lo haré de manera más bien informal, cualquier comentario se agradecerá. Y también valga esto como el principio de mí intento por tener una mejor escritura, apoyado en esas clases de latín que tan ignorante me han hecho sentir, pero que a la vez me han dejado con el reto de la propia superación.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

utaaa¡¡¡ hasta me dan ganas de agarrar un libro otra ves ...pero mejor me aguanto ¡¡¡jajajajajaja¡¡¡saludos carnal.

JJ dijo...

Aun así, mi hermano, cuando te decidas tienes mi biblioteca abierta.