La semana pasada fue importante para el béisbol de la MLB. El día 4, Alex Rodríguez ingresó en el club de los 500 HR’s. Una noticia que perdió su brillo ante el empate de la marca de Hank Aaron de 755 vuelacercas de por vida, entonces igualada por Barry Bonds. Al día siguiente Tom Glavine hizo historia al entrar también a un selecto club, el de las 300 victorias para un pitcher (siendo además uno de los pocos zurdos).
Ayer, mientras escribía y reflexionaba acerca del béisbol, Barry Bonds se convirtió en el máximo vuelacercas de la historia de la MLB. No puedo compartir el ánimo de muchos aficionados. No respeto la forma en que Bonds trata al deporte. Por un lado el evidente (aunque no probado) uso de esteroides para mejorar su juego. Y vaya que sirvió. Durante muchas temporadas fue un homer constante, pero no tan protagónico. En 1998 y 1999 los reflectores se enfocaron en Mark Mcgwire y Sammy Sosa, quienes competían ferozmente por romper la marca de HR’s en una campaña (que hasta entonces pertenecía a Roger Maris con 61 HR's). Dos años después, Mcgwire desapareció del mapa y la competencia fue protagonizada, nuevamente por Sosa, y ahora contra Barry Bonds. Este conectó 73 caudrangulares, dejando una marca que hasta hoy, y quizás por mucho tiempo permanezca sin ser siquiera alcanzada. Lo que me causaba tirria y aun lo hace, era ver que Sammy quedaba nuevamente en segundo lugar. Y el problema no es que un pelotero de mi agrado haya perdido, sino que quienes le ganaron hicieron trampa.
Tanto Mcgwire como Barry Bonds fueron vinculados al uso de esteroides. Aunque ninguno de los dos casos pudo comprobarse, resultaría de ciegos negar la verdad. Mientras que Sosa, si bien fue citado a interrogatorio como muchos otros, nunca estuvo bajo real sospecha. No voy a negar las cosas. Recuerdo el incidente de Sammy con el bate relleno de corcho, que también es ilegal. Pero la ayuda que puede proporcionar un bate trucado no es la misma que proporcionan las sustancias que alteran el cuerpo. Es decir, no creo que el dominicano haya tenido tres campañas con más de 60 HR’s por los bates que usaba. Sin embargo, resulta desconcertante ver que Barry Bonds pasó mágicamente de 49 HR’s en el 2000 a 73 en el 2001. Y que luego, bajo el escándalo, volviera a reducir su producción a 45 HR’s en promedio las siguientes temporadas (números igualmente respetables).
Para mí Sammy Sosa, aunque no esté en los libros de marcas y récords, ha sido mejor jugador que los rivales que enfrentó. Hoy escribo por dos razones. La primera es que lo adeudo desde el 20 de junio, fecha en la que el dominicano alcanzó su homerun número 600. Desafortunadamente, y aunque un podría jugar un par de años más, Sosa ha pensado en el retiro dado que, aquejado por lesiones, las últimas campañas ha bajado notablemente su nivel de juego y preferiría no jugar a hacerlo mal. Espero que algo pase y pueda verlo en el campo al menos un par de temporadas más.
La segunda razón por la cual escribo esto es que hoy Barry Bonds ya ha superado la marca de Hank Aaron como el máximo vuelacercas de toda la historia. Seguramente, también pasaran varios años antes de que alguien se acerque siquiera. Como dije, Sammy Sosa está en sus últimas temporadas... Ken Griffey Jr. también. Y quién sabe qué vaya a venir en las siguientes generaciones.
Aunque soy el primero en defender que un récord es un récord sea dónde sea... sin importar si es en una liga de primer o cuarto nivel... en este caso no puedo sentirme conforme, ni compartir el entusiasmo de muchos. Sobretodo porque nuevamente un jugador sucio vuelve a robar cámara a los momentos cumbre de, en esta ocasión, dos jugadores limpios.
Por un lado está Alex Rodríguez. Pelotero con una carrera sólida, es probable que siga aumentando su conteo de HR’s, aunque se ve difícil que llegue a los 755. Aún así, le quedan todavía varias temporadas de actividad y además está en el equipo más competitivo de los últimos años.
Por otro lado se encuentra Tom Glavine. Miembro de la época dorada de los Bravos de Atlanta, Glavine ha alcanzado un merecido reconocimiento por su consistente carrera. Quizás por momentos fue opacado por las figuras de John Smoltz (quien está aun lejos de las 300 victorias) y sobretodo de Greg Maddux (quien las alcanzó hace ya un buen rato). Sin embargo, es muy probable que su nivel de juego no hubiera progresado tanto si no hubiera tenido tales compañeros. La marca de 300 victorias es importante. Quizás, por el nivel de competencia cada vez mayor, pasaran también varios años antes de que otro jugador alcance tal cifra. Randy Johnson, también zurdo, está cerca, pero ya no es un jovencito. Así que me atrevería a decir que tendremos que esperar algunos años para ver nuevamente un pitcher que anote 300 victorias en su marca personal. No puedo negar mis gustos y declaro que aún siendo demasiado prematuro, me gustaría que Johan Santana entrara a tan selecto club (pero sólo si sigue con mi equipo jejeje).
En fin. Las marcas siempre son un ingrediente que sazona más el gusto por cualquier deporte, pero no dejan de ser sólo números. Cifras que a veces son el indicativo más bien de una determinada época. Dudo que un jugador en la actualidad logre igualar el número de victorias que como pitcher obtuvo Cy Young (511). Y dudo que el mismo Young pudiera hacerlo ahora. Aunque es inútil preguntárselo. Circunstancias diferentes, niveles de competencia distintos. Sin embargo, y a pesar de que las marcas y récords no son en absoluto las mejores referencias para medir el valor de algún jugador, resulta molesto que esos condimentos tan especiales se vean enturbiados por jugadores que, de no usar ciertas sustancias, probablemente no llegarían ni a acercarse. Y lo peor es que la gente lo celebre y se olvide de otros.
Así que tardíamente rindo tributo a Sammy Sosa por sus 600 HR’s (ya son 604), y me uno a la alegría por las 300 victorias de Glavine y los 500 HR’s de Rodríguez. Tres jugadores que, a diferencia de Bonds, han ganado su lugar de forma natural y no tendrán que enfrentarse al escrutinio de esta generación ni las siguientes.
Ayer, mientras escribía y reflexionaba acerca del béisbol, Barry Bonds se convirtió en el máximo vuelacercas de la historia de la MLB. No puedo compartir el ánimo de muchos aficionados. No respeto la forma en que Bonds trata al deporte. Por un lado el evidente (aunque no probado) uso de esteroides para mejorar su juego. Y vaya que sirvió. Durante muchas temporadas fue un homer constante, pero no tan protagónico. En 1998 y 1999 los reflectores se enfocaron en Mark Mcgwire y Sammy Sosa, quienes competían ferozmente por romper la marca de HR’s en una campaña (que hasta entonces pertenecía a Roger Maris con 61 HR's). Dos años después, Mcgwire desapareció del mapa y la competencia fue protagonizada, nuevamente por Sosa, y ahora contra Barry Bonds. Este conectó 73 caudrangulares, dejando una marca que hasta hoy, y quizás por mucho tiempo permanezca sin ser siquiera alcanzada. Lo que me causaba tirria y aun lo hace, era ver que Sammy quedaba nuevamente en segundo lugar. Y el problema no es que un pelotero de mi agrado haya perdido, sino que quienes le ganaron hicieron trampa.
Tanto Mcgwire como Barry Bonds fueron vinculados al uso de esteroides. Aunque ninguno de los dos casos pudo comprobarse, resultaría de ciegos negar la verdad. Mientras que Sosa, si bien fue citado a interrogatorio como muchos otros, nunca estuvo bajo real sospecha. No voy a negar las cosas. Recuerdo el incidente de Sammy con el bate relleno de corcho, que también es ilegal. Pero la ayuda que puede proporcionar un bate trucado no es la misma que proporcionan las sustancias que alteran el cuerpo. Es decir, no creo que el dominicano haya tenido tres campañas con más de 60 HR’s por los bates que usaba. Sin embargo, resulta desconcertante ver que Barry Bonds pasó mágicamente de 49 HR’s en el 2000 a 73 en el 2001. Y que luego, bajo el escándalo, volviera a reducir su producción a 45 HR’s en promedio las siguientes temporadas (números igualmente respetables).
Para mí Sammy Sosa, aunque no esté en los libros de marcas y récords, ha sido mejor jugador que los rivales que enfrentó. Hoy escribo por dos razones. La primera es que lo adeudo desde el 20 de junio, fecha en la que el dominicano alcanzó su homerun número 600. Desafortunadamente, y aunque un podría jugar un par de años más, Sosa ha pensado en el retiro dado que, aquejado por lesiones, las últimas campañas ha bajado notablemente su nivel de juego y preferiría no jugar a hacerlo mal. Espero que algo pase y pueda verlo en el campo al menos un par de temporadas más.
La segunda razón por la cual escribo esto es que hoy Barry Bonds ya ha superado la marca de Hank Aaron como el máximo vuelacercas de toda la historia. Seguramente, también pasaran varios años antes de que alguien se acerque siquiera. Como dije, Sammy Sosa está en sus últimas temporadas... Ken Griffey Jr. también. Y quién sabe qué vaya a venir en las siguientes generaciones.
Aunque soy el primero en defender que un récord es un récord sea dónde sea... sin importar si es en una liga de primer o cuarto nivel... en este caso no puedo sentirme conforme, ni compartir el entusiasmo de muchos. Sobretodo porque nuevamente un jugador sucio vuelve a robar cámara a los momentos cumbre de, en esta ocasión, dos jugadores limpios.
Por un lado está Alex Rodríguez. Pelotero con una carrera sólida, es probable que siga aumentando su conteo de HR’s, aunque se ve difícil que llegue a los 755. Aún así, le quedan todavía varias temporadas de actividad y además está en el equipo más competitivo de los últimos años.
Por otro lado se encuentra Tom Glavine. Miembro de la época dorada de los Bravos de Atlanta, Glavine ha alcanzado un merecido reconocimiento por su consistente carrera. Quizás por momentos fue opacado por las figuras de John Smoltz (quien está aun lejos de las 300 victorias) y sobretodo de Greg Maddux (quien las alcanzó hace ya un buen rato). Sin embargo, es muy probable que su nivel de juego no hubiera progresado tanto si no hubiera tenido tales compañeros. La marca de 300 victorias es importante. Quizás, por el nivel de competencia cada vez mayor, pasaran también varios años antes de que otro jugador alcance tal cifra. Randy Johnson, también zurdo, está cerca, pero ya no es un jovencito. Así que me atrevería a decir que tendremos que esperar algunos años para ver nuevamente un pitcher que anote 300 victorias en su marca personal. No puedo negar mis gustos y declaro que aún siendo demasiado prematuro, me gustaría que Johan Santana entrara a tan selecto club (pero sólo si sigue con mi equipo jejeje).
En fin. Las marcas siempre son un ingrediente que sazona más el gusto por cualquier deporte, pero no dejan de ser sólo números. Cifras que a veces son el indicativo más bien de una determinada época. Dudo que un jugador en la actualidad logre igualar el número de victorias que como pitcher obtuvo Cy Young (511). Y dudo que el mismo Young pudiera hacerlo ahora. Aunque es inútil preguntárselo. Circunstancias diferentes, niveles de competencia distintos. Sin embargo, y a pesar de que las marcas y récords no son en absoluto las mejores referencias para medir el valor de algún jugador, resulta molesto que esos condimentos tan especiales se vean enturbiados por jugadores que, de no usar ciertas sustancias, probablemente no llegarían ni a acercarse. Y lo peor es que la gente lo celebre y se olvide de otros.
Así que tardíamente rindo tributo a Sammy Sosa por sus 600 HR’s (ya son 604), y me uno a la alegría por las 300 victorias de Glavine y los 500 HR’s de Rodríguez. Tres jugadores que, a diferencia de Bonds, han ganado su lugar de forma natural y no tendrán que enfrentarse al escrutinio de esta generación ni las siguientes.
5 comentarios:
los mejores beibolistas son cubanos¡¡¡¡¡
y te falto hablar del gran bambino¡¡¡
no se habla de beibol de usa si no hablas de babe ruth.sacrilego¡¡¡jajajajajaja
no mi estimado... los mejores beisbolistas actualmente son: takatakas!!!!
y en lo primero que escribí hablaba de Babe Ruth... pero no venía a cuento...
sacrilegio? no lo sé, al menos hablé de Cy Young... no hay ningún premio Babe Ruth o sí???
¡¡¡¡UYYYYY AHORA SI ME ENOJE ¡¡¡¡¡¡ no manches como que los mejores beisbolistas son takatakas¿eso no es cierto no manches , y no me digas que cuentas el pinche partido todo feo y culero que jugaron en usa ,la historia siempre reconocio que los mejores beibolistas son cubanos aunque sea un deporte amateur en Cuba eso no refleja lo buenos que son y mucho menos el partido que perdieron en la supuesta competencia de usa , solo esta ver todas las medallas en beibol que siempre ganan los cubanos y claro no olvidemos todos los beibolistas que recluta usa , japon , para sus propios equipos . ademas ... ademas ... ademas chale ya me hiciste enojar . y no hay premio a Babe Ruth porque el nunca quiso que se le recordara asi ,y ya punto .Y AHORA SI PONGO MI NOMBRE (POR SI ALGUIEN TE PREGUNTA QUIEN ES EL LOCO QUE TE DISCUTE TANTO)
Y ARRIBA LOS MEDIAS BLANCAS ¡¡¡¡
Carajo! por qué demonios hay quejas respecto a lo que escribo!!! No me gustan las discuciones sin sentido. Pero bueno, las palabras son lo único de lo que siempre asumiré responsabilidad. Así que, dicho esto. Mira, mi estimado, jajaja ya me hiciste reír... cuando dije que ahora son los takatakas los mejores es porque creo que han avanzado mucho en su juego. Esos canijos orientales se van a adueñar del mundo, lo queramos o no, lo aceptemos o no. Y en los deportes, dónde mejor están es en el béisbol. La historia puede decir lo que quiera... La historia historia es, pasado, letra muerta. Si a esas vamos... no acabamos nunca...
No hablé de Babe Ruth porque no era necesario. Era un chingón, sí, tú sabes que siempre lo he dicho... Tú lo sabes!!! lo hemos platicado!!! así que deja de quejarte...
Por otra parte... Si le fuera a algún equipo calcetinero le iría a Boston. Pero el tuyo no me cae mal. Es de la misma Divisón que el mío... Citando a Jous: hay hermandad jajaja
Ya no te enojes!!! Cuba Cuba ra ra ra!!! Feliz???
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