martes, 4 de septiembre de 2007

Soy leyenda

El año pasado, en una conferencia de Paco Ignacio Taibo II apunté algunas recomendaciones que hizo sobre libros de ciencia-ficción. Entre ellos, el título que me provocó más curiosidad fue Soy leyenda. Emprendí una búsqueda desesperada e infructífera por las librerías del DF.
Cuando a principio de año visité Uruguay y Argentina con unos amigos, me dediqué a buscar libros y cds. No sé en qué momento, caminando por Corrientes, se me ocurrió preguntar, pero allí en alguna librería logré encontrar la novela de Richard Matheson.
De regreso en México, en lugar de leer algún autor argentino o la Historia de los Tupamaros, lo primero que abrí fue Soy leyenda.
La primera impresión fue la certeza de haber leído algo que valía la pena. No podía decir que me había causado segregación de adrenalina, pero sí emoción excesiva. Quizás porque en la misma novela domina la acción psicológica sobre la física. Esto desde luego no quiere decir que no pase nada, pero la presión, la atmósfera psicológica es impactante, casi brutal.
La novela cuenta la historia de Robert Neville, el único sobreviviente humano en un mundo donde todos se han transformado en vampiros. La narración, dividida en cuatro partes, va desde la descripción de su rutina diaria, en la cual vemos a un hombre tratándoselas de arreglar con un nuevo medio y luchando a muerte contra los seres que le son desconocidos; pasa por las incursiones de Neville en la biblioteca para tratar de entender lo ocurrido, para buscar una solución y así mantener un asidero que le permita continuar, y llega hasta el momento en que tanto lector como protagonista entendemos de verdad la nueva realidad. A lo largo de los capítulos también hay referencias al pasado de Neville, con lo cual queda más claro aún el desarrollo del personaje.
La contraportada del libro dice que es “una reflexión sobre los binomios normalidad y anormalidad, bien y mal”. Estoy de acuerdo. Podría añadir que se trata también de una reflexión sobre el ser humano y la sociedad, sin condescendencias ni prejuicios. Algo que me parece completamente acertado es que podemos ver la visión de ambas partes, del único humano sobreviviente y de los nuevos habitantes de la Tierra, y comprender ambas.
Un libro que vale. En lo personal pasaron un par de días antes de que pudiera digerirlo completamente, aunque, como dije antes, en los días de lectura se hizo patente la certeza de que leía algo verdaderamente valioso. Es sin duda una de mis novelas favoritas, cuya relectura me parece necesaria y todavía la adeudo. Tuve que encontrarlo en el otro extremo del continente. Por fortuna, si hay algún interesado ahora ya se consigue en México.
Richard Matheson, Soy leyenda, Minotauro, BS As, 2005, 180 pp. Traducción de Manuel Figueroa.

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