miércoles, 26 de agosto de 2009

Fulano de alguien

Palabras más o palabras menos, Luis Humberto Crosthwaite, en una entrevista reciente, confesó que a lo mucho escribe una hora al día, pues además del trabajo entre ser padre y entre ser vato de su morra, le queda poco tiempo. ¡Cómo me identifiqué con esa línea! Si bien no tengo un hijo, tengo unas mascotas que también consumen mi tiempo, y no se diga de las horas que se desvanecen mientras estoy con Mariana.

Poco tiempo solo, que más bien uso para ver a algunos pocos amigos, o para perderme en alguna calle, biblioteca o tienda de discos, para leer poco, para escribir menos (esto que ven aquí es escrito en el trabajo, en pocos momentos de descanso entre una labor y otra, y como ya he dicho no es lo que algún día pretendería publicar).

Luego de leer las palabras de Crosthwaite me quedé pensando que quizá a mí me toca algo similar: dedicarme a escribir brevemente, una hora de vez en cuando. Después profundicé la reflexión y me cuestioné: ¿quizá no naciste para esto? Ta vez no esté en mí vivir la vida ideal del escritor: vivir escribiendo, vivir de escribir. Tal vez mi vida se conforme de algunos momentos para escribir (una obra más bien breve y quizá no tan buena); de seguir en un trabajo que si bien me gusta no representa lo que quiero hacer, pero es más bien seguro. En un primer momento se oye mal, pero entonces pienso: sí, mi vida se puede ir en esas tardes de largas pláticas con Mariana, con Iván, con Miguel, con Paco; en esas tardes de vagar con Mariana sin rumbo, de recorrer pasillos de tiendas sin fijarme en los productos, inmóvil mi mirada sobre sus ojos; se pueden consumir en los recorridos junto a mi perro; en las tardes y noches de películas encerrados en algo que gradualmente parece hogar; en esos fines de semana que se van como si no pasaran aunque en el fondo lo vivido deja exhausto. Veo perfectamente y sin lamentar que mi vida se puede ir en ser papá (por ahora de mis gordos bolas de pelo) y en ser vato de mi morra.

A veces digo, como Benedetti, quiero tiempo, necesito tiempo, pero lo cierto es que sé perfectamente en qué lo uso, y me place tanto que no me importan otras cosas. Sí, la literatura es una bomba de oxígeno, pero no la única y quizá, muy probablemente, no la más importante. Digamos que comparte el primer sitio.

Hace tiempo pensé en lo jodido que estuve hace un par de años. Pensé y me dije: estar jodido y sentir que el mundo se cae, estar jodido y no tener fuerza, estar jodido estar jodido estar jodido. Después levantarse y comenzar a caminar, y que de repente llegue el impulso en forma de mujer, sentir gradualmente que bajas la guardia, que vuelves a confiar; quizá nunca más des por sentado algo, quizá siempre contemples que puede haber un final, pero algo en esa persona te dice que debes arriesgarte, que ya lo hiciste sin darte cuenta, que has dejado de ser un fulano de nadie para convertirte en el fulano de alguien.



3 comentarios:

Iván *El Gato Azulgrana. dijo...

APLAUSOS DE PIE!!!!!!!!!

Ese es mi amigo el escritor :)

JJ dijo...

Gracias, muchacho, haces que me sonroje :)

Iván *El Gato Azulgrana. dijo...

No des gracias por lo que sabes hacer, mejor sigue haciéndolo, que algunos lo disfrutamos :)