jueves, 1 de septiembre de 2011

Algunas cosas que a nadie le importa que tenga, pero que me han proporcionado una cuota de felicidad en estos días



Siempre me ha interesado la cultura japonesa, pero he decidido aprender el idioma por fin, con el único fin de leer a Murakami, Kawabata, Mishima...



En lo que regreso al dojo, practicaré las bases en casa :D



Tengo una barba que suele tomar formas prusianas, pero hoy, en complicidad con mi camisa, me dio un aire de antiguo intelectualillo de izquierdas...


Aun así, con todo, fui a rendir honores al imperio, a conseguir el primer ejemplar del relaunch de DC. Ya veremos qué tal, por lo pronto en el siguiente número parece que Batman le pone unos putazos a Superman, así que ya pinta bien la cosa...



Pasa de la una de la mañana. Mi hija duerme, y mi hijo me pone su cara de "¿A qué puñetera hora piensas apagar la luz?"...

Sale, pues, que la dueña de la casa nos espera ;)

4 comentarios:

Rogelio Pineda Rojas dijo...

No m*mes... yo quiero tener una barba igual, no importa que sea de intelectualillo... Saludos.

JJ dijo...

Suele ser divertida y llega a ser hasta práctica, pero no es chido si es de intelectualillo de izquierdas antiguo, aunque para eso se deben conjuntar varias cosas, como la mencionada camisilla de cuello redondo alto y los lentes de pasta. En realidad, quedaría mejor con lentes de armazón más grueso y camisa con cuello Mao, por aquello de que todo intelectualillo de izquierdas antiguo ama a Mao...

Saludos.

Rogelio Pineda Rojas dijo...

Pues a mí me gusta pensar en las barbas griegas. O de los escritores rusos. ¿Cómo le haces para que no se te enrede? A mí me crece un par de centímetros y debo ir al barbero.

JJ dijo...

Los griegos eran la onda. Me hubiera gustado ser uno. No soy rusofilo, antes bien los desconozco, cosa que espero cambiar, aunque no sé cuándo. Pues no hago nada, crece, casi no se enreda, eso es todo...