miércoles, 17 de junio de 2009

Hoy

Hasta este momento en el que escribo ha sido un buen día. Conozco un buen poema que no conocía y otro del cual me gustaron cuatro versos. He leído algo de Agustín de Hipona y he editado algunos textos. También he hablado con gente que quiero, por vía telefónica y por vía electrónica. He escuchado un par de canciones nuevas y me siento feliz.
La idea de leer un poemario completo toma forma hasta hoy, que me he dado unos minutos para leer. No he evitado recordar las palabras que le escuché a un maestro en la escuela de sogem: Saúl Ibargoyen, uno de los pocos a quienes había algo que aprenderles y le aprendí: si lees un cuento y un poema al día, después de un año habrás leído 365 cuentos y 365 poemas que no habías leído. Es algo bien simple pero que por cualquier excusa a veces queda de lado. Me he dejado de pretextos, al menos por un día, y me siento bien.
Comparto dos de los cuatro versos que menciono, emanados de la voz de Xavier Villaurrutia:

en tu pecho temblaron las violetas
acariciadas por un soplo ardiente.

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