martes, 30 de junio de 2009

Lección milenaria

Del I Ching, trigrama 30:

Llega el final del día. La luz del sol en el ocaso trae a la mente el hecho de que la vida es transitoria y condicionada. Apresado por este lazo externo, el hombre puede ser desposeído de su libertad interna. El sentido de lo transitorio de la vida lo impele a una orgía desinhibida, a fin de gozar la vida mientras dura; de otro modo él se da a la melancolía y echa a perder el preciado tiempo, lamentándose de la cercanía de la ancianidad. Ambas actitudes son erróneas. Al hombre superior no le importa si la muerte llega más temprano o más tarde. Él se cultiva, espera su tiempo y así asegura su destino.

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